Saturday, September 16, 2006

 

Mi historia

Nací en Peralillo a fines de los años treinta, a pesar de haber vivido allí solo 10 años y algunos meses, como fueron los primeros de mi vida, los más felices e inolvidables, se grabaron para siempre en mi memoria, lo que me permite recordar muy nídidamente olores: pasto, flores silvestres, al frente de mi casa había una acequia y en sus orillas crecían algunas florecillas que al arrancarles sus pétalos quedaban convertidas en una pelotita amarilla que pasaban a adornar nuestras orejas y dedos, flores de espino, naranjas, uva, humo que despedía la cocina a leña, hojas quemadas, jabón rococó; sabores: leche tomada al pie de la vaca, manjar que de repente tenía olor a humo, mermelada de damasco y de mora hechas en casa, azúcar de pan quemada que endulzaba el agüita que se tomaba después de las comidas; juegos: luche, el avión marcado con una varilla en la tierra húmeda el que se jugaba con un tejo y se saltaba, al "combo", se podía jugar con una pelota en el suelo y en un muro, saltar con la cuerda, etc.; libros de cuentos: maravillosos que nos introducían en un mundo lleno de magia y colores con princesas, hadas, gnomos, monos relojeros, patitos feos, pulgarcitos, gigantes, casas de dulces y chocolates, brujas, etc.; revistas: por supuesto, EL PENECA, infaltable en los hogares de esa época, esperábamos ansiosos que llegara para continuar leyendo Corazón Valiente, El Capitán Luna, Quintín el Aventurero, Los dos chiflados, Edna la Fugitiva y muchas historias más que traía semanalmente y para evitar peleas teníamos un sistema de turnos para que cada uno de los hermanos tuviera el privilegio de leerlo en primer lugar. Pasaron los años y visitando las librerías de libros y revistas antigüas en la calle San Diego, descubrí muchísimos ejemplares con las portadas de CORÉ, gran dibujante colchagüino, que me apresuré a comprar y tengo mi colección que he ido incrementando de a poco. Fue tan importante Mario Silva Ossa que continuamente hay exposiciones de su obra como ésta en el ISF de San Fernando. Elena Poirier, también ilustró hermosas portadas de EL PENECA e ilustraciones para cuentos infantiles, otro dibujante que hizo portadas fue ADDUARD, quién creó personajes para EL CABRITO y EL SIMBAD
En ese tiempo las calles eran polvorientas, no había agua potable, la obteníamos de norias, el alcantarillado era reemplazado por acequias o pozos sépticos que se construían al fondo de las casas, para alumbrarnos las lámparas a carburo y las velas, siendo muy pequeña, fui testigo de la instalación de la luz eléctrica. La vida transcurría muy tranquila y feliz, no sabíamos de problemas, nuestro tiempo se completaba con la escuela y los juegos.
Mi casa en Avda. Errázuriz con grandes árboles, a la entrada del pueblo a una cuadra de la estación, tuve el gusto de entrar a ella hace algún tiempo, gracias a la Sra. Elba y sus hijas y con lágrimas que me corrían sin control, recorrí cada rincón que recordaba tan bien.
Recuerdo mi escuela, una antigua casona en la misma avenida, mi profesora Sra. María Fariña me enseñó a leer, donde también era profesora mi madre, Elisa Lagos Arraño y la directora en ese tiempo, la Sra. Filomena Pavez.
Cada año hacíamos un paseo a un cerro cercano, sólo recuerdo que recogíamos muchas flores silvestres entre otras: huilles y capachitos y luego de estar toda una tarde regresábamos muy cansadas y felices. Otro paseo recurrente era ir muy cerca de mi casa, se llamaba el alto, era un lugar muy bonito donde se podía encontrar entre el pasto algunas flores como violetas, juncos y calas, y arriba en un pequeño cerro, un granero o un silo donde se guardaba trigo, según mi hermana chica era un castillo, por eso había montones de paja, que nos servía para hacer competencia quien escalaba y bajaba más rápido.
Otro paseo era ir a la Hacienda Peralillo de los Errázuriz Mena, en cuya pulpería nos daban un enorme pan que llamaban galleta, comprábamos algunas cosas y naranjas. Para nosotros era una aventura, camino de tierra flanqueado por grandes encinas, parada obligada en la ermita que mirábamos con admiración, sin entender qué era, quedó en mi memoria el lugar rodeado de zarzamora de difícil acceso. Pasaron muchos años, varias décadas y yo no había vuelto a ver dicha ermita, hasta que descubrí el sitio de la Municipalidad de Peralillo, donde encontré unas hermosas fotos que comparto con ustedes.

Labels: ,


Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?