Sunday, March 16, 2008

 

Recuerdos, Recuerdos... y más... Recuerdos

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AUTOR: ULPIANO URIBARRI ASTRAÍN
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Recuerdos que empezaron a aflorar al cumplir los 85 años en KITCHENER, ONTARIO; CANADÄ, a fines del otoño y comienzos del invierno del año 2002, mientras visitaba a su hija, nieta y bisnieto y que dejó plasmado en un primer cuaderno que me facilitó por intermedio de mi amiga Carmen Canales para sacar algunos apuntes de su vida en San Fernando y de la administración del Hotel de la Estación de esta misma ciudad que construyó su tío abuelo don ULPIANO ASTRAÍN LATASA, personaje que forma parte de la
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HISTORIA DE PERALILLO.

VICTORIA PARK, KITCHENER, ONTARIO, CANADÁ
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9 de diciembre de 2002
He llegado a los 85 años; Kitchener, Ontario, Canadá, son las 20:15 hrs.- lunes, 21º dentro de la casa, día y noche, afuera, 12º bajo cero. Ayer nevó.

Según mi santa madre, nací a las 12:00 horas del meridiano; soy sagitario, bípedo, mamífero, humano, casi simpático, raza blanca, mezcla de vasco y boliviana, directo, no uso el... mismo, gusto de la broma liviana y algunas veces del sarcasmo, leal, limitado, laico, colocolino, me disgusta el “tonto grave” y trato de ser un buen masón para practicar las buenas costumbres ser paternal y tolerante; vivo al día.
Saltan a mi mente recuerdos… recuerdos y más recuerdos; nunca he usado reloj y jamás llego atrasado, no recuerdo haberme lavado el cabello con champú; La María Callas es la única, y Aureliano Porcile, mi tenor dramático favorito; ese animal favorito que llaman mujer, es lo más grande y hermoso que se ha fabricado, soy fanático de sus curvas y horizontes.
La matrona señora Etelvina Villena me había traído al mundo; en ese entonces las matronas atendían en sus casas a quienes iban a ser madre. Mi primer berrido lo pegué en la avenida Manuel Rodríguez de la celebérrima ciudad de San Fernando-
Esa casa era el anexo del Hotel Estación de aquella ciudad.

Hoy es el Centro Español desde hace muchos años-

¿Conocen ustedes la historia de este Hotel? ¿No? Bueno, aquí va…
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10 de diciembre de 2002
Don Ulpiano Astraín Latasa, quien sería con el tiempo, mi tío abuelo y padrino, nacido en el país vasco; soldado de don Carlos de Borbón, (abuelo materno del Rey Juan Carlos) quien estableció la casa real en París, después de la definitiva derrota en España del príncipe azul.
Entre el personal administrativo de palacio y considerando además, su agrado por el arte culinario, fue destinado don Ulpiano como ayudante del chef francés.

DON JUAN DE BORBÓN Y BATTEMBERG, HIJO DEL REY ALFONSO XIII

FELIPE, REY JUAN CARLOS I, JUAN III

Recordaba mi tío que en una oportunidad, en ausencia de su Jefe, preparó a don Carlos, unas perdices que fueron de su total agrado.
Es necesario advertir que en aquella época, los mejores maestros eran los preferidos de las casas reales o familias de grandes apellidos.

Ayer y hoy he sido saludado con motivo de mi cumpleaños; son muy generosos. Hubo regalos y brindis.

11 de diciembre de 2002.
En las postrimerías del siglo XIX, el cónsul de Bolivia en París, recibió la orden del gobierno de su país para que contratara los servicios de un buen chef a fin de administrar las dependencias del Palacio de Gobierno y además, adquiriría todo lo necesario para atender a quinientas personas en sus salones.
Esa es la razón de la llegada de don Ulpiano a nuestra América “morena”. Como era una tremenda aventura le pidió a su hermano menor Florentino que lo acompañara.
Fue así como llegó por estas tierras don Florentino Astraín Latasa, quien sería en el futuro mi abuelo materno; un hombre de buena facha, bohemio, profesor de música y muy agradable en su trato, que en muchas oportunidades animó hermosas tertulias junto al piano del palacio.
Como es de conocimiento público, los gobiernos poco estables de ese país, empujaron a este chef a abandonar el cargo; en efecto, después de algunos años de servicios y con una buena dote abandonó La Paz, trasladándose a Buenos Aires y enseguida a Chile.

12 de diciembre de 2002.

El día ha sido muy tranquilo. Fui a comprar unos números de la lotería que se juega esta noche. Hay un premio de 2 millones de dólares que estarían muy bien en mis bolsillos.


Mientras tanto… ¿Qué había sido de don Florentino…?
Una dama habiase prendado de él, descendiente directa del mismísimo Mariano Melgarejo, aquel legendario personaje de la historia de la naciente República de Bolivia. Es necesario echar un cuarto de espadas sobre esta figura de relieve continental; nacido el 13 de abril, día de pascua, de 1820, en la ciudad de Tarata, hijo de Ignacia Melgarejo, una hermosa mestiza de 15 años y de un español llamado Justo Valencia. Al momento del nacimiento, el padre no lo reconoció, así el niño llevaría el apellido de su madre, Mariano Melgarejo. Siempre celebró el día de su cumpleaños el día de la Resurrección haciéndolo móvil y comentaba “si Dios me ha escogido para nacer en el momento que Ël resucitaba es porque desea que yo comparta con él el delirio de los mortales y sustraerme a la vez a los estúpidos rigores del calendario.

MARIANO MELGAREJO

Su vida se desliza en un país fantasmagórico, increíble, inverosímil. Escuchemos al historiador MAX DAIREAUX referirse a Bolivia; “Para llevar al corazón de un país rechazado de la realidad, ya sea desde el norte y del sur, del Pacífico o del Amazonas hay que atravesar desiertos hostiles, escalar murallas, bordear precipicios, franquear torrentes, trepar por senderos donde hasta el casco de una mula, titubea subir y subir, el aliento cortado y los oídos zumbando, hasta las planicies perdidas, donde viven codo a codo, los hijos agonizantes de los incas y los descendientes de los conquistadores; vencedores y vencidos que mezclaron sus sangres en las matanzas y en el amor”.
Y veamos también su opinión sobre esta singular figura controvertida. “Un hombre grandioso, extravagante y funesto que llevó al límite las virtudes y los vicios de su tiempo, el valor y la crueldad, la ignorancia y la soberbia y el desprecio a los hombres, especie de semidiós burlesco y sanguinario, monstruosa aberración del genio de la historia”.
Cuando nace en 1820 Melgarejo, gobernaba a Chile el Director Supremo Don Bernardo O’Higgins Riquelme.

Mientras en Kitchener todo tranquilo, vivimos una verdadera primavera.
Las fachadas de las casas de Kitchener están siendo ornamentadas con luces de colores para esperar las próximas navidades.
Aun no tenemos nieve

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13 de diciembre de 2002.
Melgarejo gobernó Bolivia entre el 28 de diciembre de 1864 y el 14 de enero de 1871, día en que escapó al Perú.
Es curioso recordar una de tantas anécdotas que tuve durante los seis años que duró su dictadura. Con ocasión de la firma del Tratado de límites con Bolivia en 1866, el Congreso Nacional Chileno, le concedió el grado de General de División del Ejército Chileno, obsequiándole además, el famoso caballo Holofernes; a su vez al presidente chileno José Joaquín Pérez ahora le otorgó igualmente el grado de General del Ejército Boliviano.
Este animal (el caballo), con algo de sangre inglesa, que a la postre le salvó la vida cuando derrocado arrancó al Perú el 14 de enero de 1871, aprendió a beber cerveza con don Mariano. En más de una ocasión bebían en presencia del Cuerpo Diplomático invitados por el Capitán General.
En cierta oportunidad el representante de la Reina Victoria de Inglaterra, recién llegado y que no conocía esta singular costumbre de este bárbaro, no aceptó beber con Holofernes. Esta “descortesía” molestó al presidente y juró vengarse.
Días después invitó a todo el Cuerpo Diplomático a la plaza principal; luego algunos oficiales tomaron al cónsul británico y lo sentaron arriba de un burro al revés mirándole la cola, enseguida le pusieron un cucurucho de papel en la cabeza y lo pasearon por la plaza.
Al conocer este vejámen, la Reina Victoria (1819-1901), montó en cólera, ordenó a su almirante de turno bombardear y destruir a Bolivia.
“No puedo majestad” -le respondió el marino:- “Bolivia no tiene costa”. Entonces concurrió al salón de los mapas y en presencia de su almirantazgo “borró del mapa a este país.
(
Esta misma anécdota en otra versión)
Murió asesinado por José Aurelio Sánchez, su cuñado y yerno en Lima – Perú.
Los restos de este bárbaro que ostentó los títulos de Presidente de la República, Capitán General, Grande de Bolivia, Conservador del Orden y de La Paz Pública, Héroe Nacional, Salvador de la Libertad, y Libertador de los Pueblos, tenía además, el grado de General de División del Ejército de Chile; descansan en el cementerio de San Eloy de tierra bajo una sencilla loza que dice:
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Aquí yace
El Capitán General
Mariano Melgarejo
Muerto el 23 de noviembre de 1871.

14 de diciembre de 2002.
Como decíamos, don Florentino, mientras tanto, con su figura de guapetón, usando y abusando de su simpatía, explotando la capacidad histriónica y sus modales europeos, tenía en jaque a más de una dama de palacio. Nada más natural, pensando que en su entorno había una marcada diferencia con las autoridades de turno. Militares en su mayoría que venían siempre pensando en el próximo golpe. Hay que tener presente que no era ninguna novedad el cambio de mando de las autoridades nacionales. La historia nos dice que entre el nacimiento como nación en 1825 y 1870 se contabilizaron cerca de 50 revoluciones.
No sé que encanto fatal tiene esta rica, hermosa y trágica nación que no haya tenido ciudadanos consecuentes para administrar con acierto y respeto en beneficio de su maltratado pueblo.

Se nos acerca la pascua; como es mi eterna costumbre, dejando para “después” mis obligaciones. Hay que mandar saludos especialmente a Chile y comprar los regalos. Se anuncia un temporal de nieve, (que no es novedad en este mes.)

16 de diciembre de 2002.
Don Florentino como decíamos, había caído en los brazos de una nieta del Capitán General don Mariano Melgarejo que a la sazón tenía encarcelado al mismísimo diablo, en el Infierno. De este matrimonio nació mi abuela que al dar a luz a mi madre, murió en el parto.

Está nevando al fin. Para mí es una novedad, vengo de Santiago de Chile, en donde muy rara vez cae nieve. Llegué los primeros días de noviembre a una aventura que no sé como terminará, La ciudad sigue preparándose para Navidad.

17 de diciembre de 2002.
Después de muchas vicisitudes y aventuras en Bolivia y Argentina, los hermanos se encuentran en Santiago de Chile. Don Ulpiano encuentra un interesante e importante contrato con Ferrocarriles del Estado. Este compromiso lo obliga construir la Estación y las dependencias de los ferrocarriles en San Fernando incluyendo el restorán para la atención de sus pasajeros. En esos años ferrocarriles no contaba con coches comedores.
La importancia del ferrocarril a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Terminada la construcción del complejo completo de la estación, el restorán se transformó en un lucrativo negocio. El tren con destino a San Rosendo debía almorzar en San Fernando, como asimismo el de Talcahuano con destino a Santiago cenaba a las 21:00 horas-

Kitchener está nevado, hermoso. Tenemos 21 grados adentro de la casa, afuera: ¡10 bajo cero! Estoy pensando en el invierno que se aproxima, ¿Cómo será? Comienzo a preocuparme. Miro el computador de reojo. No sé nada de nada de computación.

18 de diciembre de 2002.
Al almuerzo se atendía entre 300 y 350 personas todos los días del año!!! El de la noche sólo el 20%. A este último se le llamaba el tren de los “curados”, debido a que era el último en llegar a Santiago, con muchos carros, mucha carga y siempre atrasado.

¡Tengo e-mail! Mi yerno José Manuel Alvarez , experto en computación me ha introducido en el mundo de esta ciencia que ha enloquecido a todos:
uua3@netscape.net (Todo con minúscula)
Consecuente entonces, comencé a enviar mails como malo de la cabeza a mis amigos de Chile, obviamente de la mano de mi yerno, José Manuel. Concluí también de remitir las últimas tarjetas con alusión a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
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20 de diciembre de 2002
Es interesante señalar lo que significaba atender todos los días a 300 o 350 personas en los comedores y otras tantas en la barra del bar en la primera década del sigo XX. Una proeza de gigantes en 20 minutos.

Para tener una ligera idea de la función en sí, ésta comenzaba con el telegrama que diariamente enviaba al Hotel el conductor del tren desde la ciudad de Rancagua del número de pasajeros que se interesaba en almorzar en San Fernando. Este telegrama se enviaba a través del selector interno de estación a estación después de que este funcionario consultaba a cada pasajero en el momento que controlaba su boleto.

Cuando el tren llegaba a Pelequén a 15 kilómetros de San Fernando, el Hotel recibía este nuevo aviso y ahí comenzaba la verdadera fiesta en las dependencias de la cocina.


Al momento de hacer su aparición en San Fernando, cuya estación dijimos, fue hecha por don Ulpiano, ya estaban los 300 consomé servidos en sus tazas. A continuación se confeccionaba el plato de fondo que generalmente consistía en un bife de buen lomo con sus respectivos agregados.
Punto importante es señalar que en cada mesa había una botella de vino blanco, otra de tinto, ½ de blanco, ½ de tinto, una bilz, una papaya una panimávida. Cuando la niña que atendía la mesa llegaba con el bife, inmediatamente sacaba la cuenta del consumo, cobrándole al cliente al instante. ¡Todo en 20 minutos!
Más de alguna vez había que solicitarle al conductor algunos minutos extra por pequeños atrasos. Este conductor y sus ayudantes tenían reservada mesa; así mismo, el maquinista y sus auxiliares llevaban sus viandas a la cocina.

Santa Claus está al aguaite, el espíritu navideño en su apogeo. Todas las fachadas de sus casas iluminadas a full. Nunca había visto un espectáculo igual, como en Kitchener.
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22 de diciembre de 2002.
Como una curiosidad, es necesario tener una idea del show que se vivía todos los días en la cocina y además del sentido de las proporciones. Atender esa cantidad enorme y a los propios clientes de la ciudad significaba tener un stock semanal de 400 lomos lisos, 4.000 huevos y grandes cantidades de cebollas y papas. El Hotel abría sus puertas para la entrada del personal de la cocina a las 6 de la mañana.
Las primeras labores consistían en preparar papas y cebollas para luego freírlas; armar el consomé y enseguida cortar los bifes para colocarlos en la plancha de la cocina cuando el tren llegaba a Rancagua. El consomé se hacía en una enorme marmita de fierro ovalada; los huevos se freían en una piscina de aceite, 4 pinches eran los encargados de administrar esta delicada faena, ¿Se imaginan 300 bifes en la plancha de la enorme cocina de 6 fogones?

Estamos en tierra derecha. Salí con mi nieta Maitechu para hacerls últimas compras de navidad.
Preparé un rico cola de mono. ¿Saben como se prepara el mejor cola de mono? Prefiero hacerlo con leche condensada.
Anotar: Para cada tarro de leche condensada, 4 tarros de agua pura, hervir, agregar canela, clavo de olor, vainilla y cáscara de limón, 15 minutos. Dejar reposar un rato estando tibio, colar luego agregar Nescafé cargado a gusto finalmente incluir el aguardiente o ron, también a gusto, al refrigerador y enseguida ¡Salud!

26 de diciembre de 2002.

Barra de un bar parisién actual.

No puedo dejar pasar el capítulo relacionado con el bar de este Hotel que tenía características propias de la Belle Époque de las calles de París. No olvidemos que don Ulpiano había vivido en esa ciudad en su juventud.
Para surtirlo a fin de dejarlo en condiciones de poder atender debidamente a su variada clientela se tuvo que recurrir a la importación de todas las mercaderías y artículos que no había en plaza o su calidad no era la mejor.
No era entonces ninguna novedad que periódicamente llegaran por intermedio de ferrocarriles grandes cantidades de cajones con mercadería de la vieja Europa.
De Escocia los mejores Whiskys de variadas marcas; de Inglaterra, entre otras cosas todos los exquisitos jarabes de grosella, granadina, goma, horchata del almendras; de Francia, ¡U la la! toda la gama de los excelentes coñac, champagne, agua de Vichi, cointreaux, de Alemania el chartreux, de Italia los famosos vinos espumantes, de España sus coñac, que competían con los franceses, los vinos generosos, sidra, jerez, además de chorizos, jamón serrano y otras exquisiteces. Siempre era una curiosidad abrir cada cajón, en cada uno venía un regalo: perfumes franceses, corbatas italianas, lapiceras, secantes y lapiceras para escritorio, botas españolas para vino, boinas vascas.
Huelga decir que en su época fue catalogado como el mejor bar de toda el área del ferrocarril de Santiago a Puerto Montt.
La Primera Guerra Mundial suspendió la llegada de esta mercadería, hasta mediados de 1918.
Yo había nacido el 9 de diciembre de 1917 y mi hermano Oscar el 10 de diciembre de
1918.

Los días previos y posteriores a la Navidad habían sido de locos. El clima más parecía una primavera un tanto fría, se creía que esta vez las fiestas serían “verdes”, sin embargo, el 23 en la noche comenzó a nevar. La fiesta fue con tuti, pavo, cola de mono, torta, vinos, regalos y un “cuanto hay”. Nos reunimos las tres familias: Mayita, José Manuel y Felipe; Andrea, su marido y Christopher (mi biznieto); Isabelita, Robert, Maite, Li (su pololo), la Peky, la gata (mascota) y yo; en total 13. Una grata noche, Recibí de Santiago varias llamadas telefónicas.

28 de diciembre de 2002.

ESTACIÓN DE FERROCARRILES DE SAN FERNANDO (2004)


Estudios para nuevas Declaratorias como Monumento Nacional: Zona Típica Centro Histórico de San Fernando y Estación de Ferrocarriles, San Fernando, VI Región. (MOP Dirección de Arquitectura año 2000).

ESTACIÓN DE SAN FERNANDO (METROTREN)

ESTACIÓN DE SAN FERNANDO 1992

El Hotel Estación de San Fernando, construido a principios del siglo XX por don Ulpiano estaba ubicado en la parte sur de la Estación de los Ferrocarriles, junto al enorme galpón que cubría toda la infraestructura y las dos primeras líneas por las cuales circulan los trenes de norte a sur.
Su principal recinto lo constituía el comedor y bar en la parte oriente con entrada y salida a la misma estación y a la calle Quechereguas que nacía en una plazoleta. Esta pequeña plaza servía de estacionamiento; aún esta vigente.
Al poniente del comedor estaba la enorme cocina. Este comedor, de grandes proporciones con una capacidad para atender cómodamente a 500 personas, tenía a su norte el hermoso bar con una barra de más de 15 metros. En el costado sur del salón mismo se encontraban las aposentadurías de la administración y los dormitorios precedidos de un jardín rodeado de grandes rejas junto a la estación. Como el hotel no tenía muchos dormitorios, era necesario contar con una sucursal. Ella se ubicaba en Manuel Rodríguez, principal avenida de la ciudad, (donde yo nací).

AVDA. MANUEL RODRÍGUEZ (DEL LIBRO APORTE DE COLCHAGUA A LA CULTURA NACIONAL DE HERIBERTO SOTO S. 1952)

VISTA AÉREA AVDA. MANUEL RODRÍGUEZ EN LOS AÑOS 40

AVENIDA MANUEL RODRÍGUEZ 1947 (VISTA AL PONIENTE)

Es interesante informar como una curiosidad que en la construcción del hotel se emplearon vigas de pino Oregón de los EE.UU. de 12 a 15 metros de largo.

Hoy es día de inocentes, 28 de diciembre. Estamos llegando a fin del año, año 2002, ¿Fue bueno, malo, regular? De todo un poco, hay tantas cosas que decir. Son 365 días vividos.
Muere María Félix a los 88 años. También a los 92, un lobo de mar, don Francisco Coloane, un brillante escritor, sobre temas marinos. Entre otras personas, fallece la Reina Madre y la Princesa Margarita, de Inglaterra, Hugo Banzer de Bolivia, pintor Israel Roa, Fernando Belaúnde Terry del Perú, senador radical, Anselmo Sule, la joven actriz Carolina Fadic, el gran pintor y escultor chileno, Roberto Matta, el músico Ray Coniff, etc.
Nos veremos el próximo año.

Don José Antonio Manso de Velasco y Samaniego

Como un homenaje a mi ciudad que me vio nacer, justo es necesario recordarla con un poco de cariño, mi San Fernando querido.
La ciudad de San Fernando de Tinguiririca, fue fundada el 17 de mayo de 1742 por don José Antonio Manso de Velasco y Samaniego, Conde de Superunda.
(Ver Acta de Fundación de San Fernando)
Nacido en un hogar de abolengos del siglo XVII en la Villa de Torrecillas de Cameros.
Abandonó su hogar paterno cerca de Logroño cuando apenas contaba con 17 años para enrolarse en el ejército de su patria y participar en los prolegómenos de la guerra de sucesión de España. Ganó muchos laureles en las campañas de Portugal, Aragón y Cataluña, fue herido en Alcántara; a pesar de los inconvenientes, siguió con el mismo entusiasmo en Tortosa, en la batalla de Gudiña y batallas de Zaragoza y Villaviciosa.
Fuera de su país ganó memorias por su valor en Orán, Nápoles, Sicilia, Lombardía y Cerdeña. Por su capacidad y cumplimiento de sus obligaciones se le designó Capitán de la Guardia Real, luego Brigadier y por último se le condecoró con la Cruz de Caballero de la Orden de Santiago.
Culminando sus eficientes servicios a la corona, se le recompensó con la Gobernación de la Capitanía General de Chile cuando frisaba cerca de los cincuenta años al asumir esta nueva responsabilidad.
La disciplina adquirida en los cuarteles y las experiencias logradas a lo largo de su carrera le otorgaba una….p18 P19...prestados a la corona, se le distinguió nombrándolo Mariscal de los Reales Ejércitos, luego, Teniente General y en las postrimerías de 1744, se le distinguió con el máximo cargo de Virrey del Perú.
Continuando con la eficiente labor desempeñada, en 1746, Su Majestad le otorga el Título de Conde de Superunda.
15 años de brillantes servicios como Virrey, le fue concedido por Don Carlos III, dejar el cargo con la sana intención de volver a su terruño en Logroño con 73 años a cuesta.
Sin embargo, este ilustre y brillante militar que había servido a la Corona de España con lealtad y honradez acrisolada, el destino le jugó una mala pasada, el barco que le conducía vía romana, debió cambiar el itinerario recalando en La Habana y ahí comenzó su martirio. La escuadra inglesa que andaba muy cerca, bloqueó ese puerto. Conforme al reglamento y obligaciones de la época, le correspondió tomar el mando de
las tropas españolas por ser el de mayor rango militar, haciendo presente que Cuba era un reducto español.
Cerca de 70 días duró esta resistencia, debiendo capitular a fin de evitar mayores daños, considerando la enorme superioridad británica.
Vuelto a la península luego del canje de prisioneros, fue sometido junto a sus compañeros de desgracia a un proceso en Cádiz.
De nada sirvió sus excelentes servicios prestados a la Corona. No fueron tomados en Cuenta sus méritos y su trayectoria sin mácula. La sentencia lo condenó a muerte por haber mancillado el honor nacional.
Carlos III lo nombró Gobernador de Chile y Virrey del Perú y le habría concedido el título de de Conde de Superunda, le cambió el castigo. Le suspendió por cien años sus rangos militares, el destierro a una distancia de 40 leguas de Madrid por igual tiempo.
Además, el resarcimiento por daños y perjuicios a la Corona, por ello le confiscaron todos sus bienes, incluso sus ropas que vestía.

http://gennoble.netfirms.com/inicio/biografias/jose_manso_de_velasco.htm


La casa de Velasco fue construida a fines del siglo XVIII por orden de José Antonio Rodríguez Alcalde y de su mujer, María de la Piedad Velasco y Oruna. Se ubica en la calles Santo Domingo y Mac Iver, en Santiago, y fue restaurada en 1928 por el arquitecto inglés Víctor Heal.

El desgraciado ex Gobernador de la Capitanía General de Chile al leer la sentencia real, la acató sin disimular su tristeza.
Pidió asilo en el convento de los franciscanos de Priego de Córdova, ciudad de Andalucía a 84 kilómetros de Granada. La muerte lo sorprendió el 6 de mayo de 1767, 25 años después de la fundación de San Fernando de Tinguiririca.

Antenoche recibimos el Año Nuevo en casa de María Angélica, el mismo lote de la Pascua menos las dos regalonas cuadrúpedas. Nos dimos el abrazo de reglamento y comimos 12 granos de uva “para la suerte”. Otros comen lentejas. El calendario chino dice que seremos protegidos por la oveja o la cabra.
Personalmente creo que el 2003 será un buen año para mí. Según el Zodíaco, a Sagitario lo protege el múltiplo de 3 y yo le creo. Se los probaré.

Recuerdo… que los primeros días de agosto de 1959 fui premiado con el gordo de la Lotería de Concepción, cuyo número fue el ¡31066! ¡31006! ¿Se dan cuenta?
Paradojalmente, a pesar de haber tenido ese agrado, aquella vez tuve “mala suerte”, o, a lo mejor… quién dirige estas o quien maneja esta “ruleta” lo estimó mejor así… Se los voy a probar sin guardar por ello, rencor alguno.
En efecto, soy adicto a los juegos de azar. Veamos el próximo capítulo.

4 de enero de 2003.

Mi San Fernando querido, Capital de la Provincia de Colchagua (en la década del 30), una ciudad tranquila, señorona, plácida, donde nunca pasaba nada, así, en el verano caluroso, invitaba en las tardes a unas ricas siestas. La Plaza de Armas, el punto de reunión de la juventud, el Liceo de Hombres y el Liceo de Niñas en Argomedo esquina de Carampangue. Los principales proveedores de la… que llenaban sus asientos. El “pino del pelambre” que tengo entendido aun existe, era el punto de reunión de nuestro grupo; confidente y amigo, nos protegía con su enorme sombra. Fue así como tuve el privilegio de desarrollarme como muchacho.

PANORÁMICA PLAZA SAN FERNANDO

Alumno del Liceo de Hombres, en su momento jugué fútbol en el Club Deportivo Unión Comercial, llegando a ser el mejor arquero; fui seleccionado por algunos años participando en varios campeonatos nacionales del fútbol amateur.
Una anécdota me corroe mis recuerdos… en aquella época de estudiante; se aproximaba Semana Santa en marzo de 1932 o 1933; con un grupo de compañeros de mi curso quisimos recordar a Jesucristo en Jerusalem. Alguien se consiguió un burro le saqué una sábana a mi madre y me hice una corona de sauces. Nos juntamos en la Plaza frente al liceo, coloque la sábana en mis hombros, me puse la corona en la cabeza y montando al animal ingresamos con gran escándalo al primer patio seguido por mis compañeros. La broma nos duró muy poco. En medio de la algarabía, horrorizado de tamaña herejía nos atajó un inspector del Liceo que tenía fama de beato. Nos llevó hasta la presencia de la
venerable figura de don Neandro Schilling Campos, rector del Liceo; recuerdo que estaba en ese momento junto a don Jorge Peña Aguayo, nuestro profesor de Matemáticas y Vicerrector.

Don Neandro Schilling Campos

El beato pedía las penas del infierno ante semejante falta de respeto. Don Neandro dejó pasar unos instantes y dirigiéndose al acusador le pidió la relación del suceso. Luego de otro suspenso, le agradeció su lealtad, lo acompañó hasta la puerta y en voz baja –que logramos escuchar- le expresó que llamaría a nuestros apoderados para zanjar esta tremenda falta.
Don Neandro era un hombre muy bondadoso, tenía un carisma muy agradable, su barba bien cuidada, se asemejaba a las fotos de nuestro insigne héroe nacional Arturo Prat. Un trato fino y cordial, hacían de él una persona muy querida y respetada. Casado con la distinguida dama doña Esmeralda Parga. Cuando enviudó, se comentó -en broma, obviamente- que había echado a pique a la Esmeralda para casarse con la Lolita su cuñada.
Bueno ¿Cómo terminó nuestra broma de Semana Santa?
Pues, sin sangre y como se debe considerar una chacota. El rector, un pedagogo de pensamiento libre, comprendió que una mofa ligera, no tenía ninguna intención de menoscabar ni deteriorar dignidad alguna, ni menos burlarse de la iglesia. Es por tal razón que después de oír nuestras explicaciones en un clima casi jocoso, don Neandro nos comunicó que ahí terminaba ese incidente. ¡ Y del burro nunca más se supo!

Como decíamos tuve mala suerte de sacarme el gordo de la lotería de Concepción en agosto de 1959. Veamos: Fuí funcionario de la Caja de Empleados Públicos y Periodistas (Canaempu) entre 1947 y 1980. Esta benemérita Institución como todas las otras Cajas Provisionales y sus personales, poseían la particularidad de ser Semi Fiscales y se administraban por leyes especiales.
Durante mi vida burocrática en ella, jugaba en forma permanente estas loterías que me hacían soñar con eventuales golpes de fortuna, igual que la mayoría de mis compañeros de labores, y así fue como “le pegué el palo al gato”.
Normalmente jugaba la cuarta parte del entero de la Lotería de Concepción ( cinco vigésimos). Cuando en la Institución se otorgaba una gratificación o “coyoya”, como la llamábamos, esta jugada ascendía a medio entero (10 vigésimos) y si había un pago extraordinario o un aumento de sueldo, la inversión llegaba a un entero (20 vigésimos)-
Aquel memorable día solo tenía un vigésimo en mi poder. ¿Por qué? ¿Si el mínimo que siempre jugaba eran cinco? Sencillamente aquella semana todo era un terrible desastre económico. El consejo de la Caja me negó una ampliación por un millón de pesos para el préstamo que ya me había otorgado para la compra de un bien raíz; mi taxi había sido chocado en manos de mi chofer la parte económica en mi casa era un caos y varias verduras más, que en verdad no recuerdo.
A la señora que nos vendía estos números, con pago diferido para fin de mes, recuerdo que le dije “gorda, véndeme un vigésimo al contado, porque no tendré plata para pagarte a fin de mes, estoy arruinado”, además, le agregué, “búscame el más feo”. En mi mano tuve aquel entero y mostrándolo a mis compañeros, los desafié a que siguieran mi ejemplo; nadie se interesó. El premio mayor de aquel día era de 120 millones de pesos.
Así fue, pues ese instante de mi vida. ¿Buena suerte? ¿Mala suerte?
En todo caso me cambió un poco mi vida. Con los seis millones me compré la parcela 140 de Carlos Silva Vildósola, La Reina.

Estamos en pleno invierno en un festival de nieve y sin problenas de salud, he resistido bien esta primera experiencia y tampoco ha habido aburrimiento.

6 de enero de 2003.
La Provincia de Colchagua incluyendo San Fernando, está ubicada en el centro del país. Pertenece a la VI Región, llamada Libertador Bernardo O’Higgins; dedicada a las actividades agrícolas, sobresaliendo las labores vitivinícolas y la fruticultura de exportación. Famosos sus vinos en muchas partes del mundo donde han obtenido valiosos premios. Sus frutas producen a veces celos a sus colegas californianos que en más de una ocasión le han jugado desleales acciones. Recuerdo en la década de 1980, el escándalo internacional de las “uvas envenenadas”.
Continuando con mi ciudad querida, deseo recordar brevemente a los pioneros que fueron los primeros en colocar los cimientos de esta ciudad; a esta aventura, porque fue una durísima tarea, considerando que ya había fracasado una anterior intención con resultados negativos-
Don Tomás Marín de Póveda acaudalado hacendado de la zona pretendió establecer una población que permitiera reunir a sus peones, familiares y servidumbres que labraban en sus extensas tierras. El propósito era ubicarla en Chimbarongo, pero situaciones contrarias e inesperadas a nuestros deseos malograron el proyecto,
Posteriormente el Capitán don Juan José Jiménez y su dignísima cónyuge doña María Morales de Albornoz, donaron 400 cuadras de sus haciendas desde el río Antivero, por el norte y el río Tinguiririca por el sur para la formación de esta ciudad.
Don Luis Amesti Casal, en su interesante estudio sobre San Fernando, que fuese publicado en 1936, en el Boletín Nº 7 de la Academia Chilena de la Historia, incluye el plano de 1744 con 137 cuadras que he tenido a mi vista, agrega los solares y el nombre de sus propietarios. Para cada solar o cuadra divididos en 4 partes de A a D y contados de izquierda a derecha. Solo la Plaza de Armas no fue dividida (cuadra 75).
Destacamos algunos nombres de quienes fueron los pioneros en construir sus viviendas.
Uno de los primeros fue don Pedro Gisvert y Thalens (cuadra 62), Corregidor de Colchagua y Ministro de Campo y brazo derecho del Gobernador, principal ejecutor de su obra, ubicada en la esquina de Argomedo y Carampangue, frente a la Plaza de Armas donde se ubicó el edificio del Liceo de Niñas. La casa del Corregidor fue demolida en 1895.
El Capitán Juan José Jiménez de León (cuadra 63), quien donara las 400 cuadras para la formación de la ciudad.
Don Luis de Guzmán Coronado (cuadra 77) que luego se dividió, pasando el solar A y B a don José Gregorio Argomedo, miembro de la Primera Junta de Gobierno en 1810.
El solar 76 frente a la Plaza de Armas, fue asignada para la Iglesia Matriz en 1742. Su primera capilla de 9 varas de frente por 30 de fondo, consagrada en 1745, su primer techo fue hecho de paja.
La cuadra 98 a don Juan Antonio Mardones en 1744. El solar A, los herederos lo vendieron en 1870 a doña Juana González, el B perteneció a don Ramón Leyton, el D a don Matías Leyton y el C a doña Josefa Vergara, más tarde a don Clemente Hidalgo cuyos herederos lo vendieron al Fisco para Escuela Modelo.
Es interesante señalar que las cuadras del 2 al 6 que eran irregulares pertenecieron en 1744 al tejero José Añazco, quien era el que proporcionaba las tejas a los nuevos habitantes que levantaban sus viviendas, tiempo después, estas cuadras fueron destinadas al cementerio de la ciudad.
(Ver Informe Distribución de solares San Fernando 22 abril 1744)
Como punto final de esta pequeña reseña de tan benemérita Provincia, permítanme recordar el nombre de algunas personas que le dieron prestancia nacional.
Al margen de los que hemos nombrado, viene a mi memoria don José de Maturana y Zamorano, primer Alcalde de San Fernando que en su casa funcionó el primer Cabildo; Pedro José Muñoz de Guzmán y José Avila. Los políticos José María Valderrama y José Domingo Jaramillo; el gran pintor Alberto Valenzuela Llanos; el escritor Olegario Lazo Baeza. Educador, benefactor y gran Rector del Liceo de Hombres don Neandro Schiling Campos, Los actores Pedro Sienna y Fernando Colina. Primer Príncipe de la Iglesia, Cardenal José María Caro Rodríguez, Los militares, José María Vergara, padre de José Francisco Vergara, magnate y fundador de Viña del Mar; el General José Bustamante cuya espada brilló en Rancagua, Chacabuco y Maipú. El párroco de San Fernando don Diego Antonio Elizondo, que ocupó la Segunda Secretaría del Primer Congreso Nacional de Chile en 1811. Pedagogos don Heriberto Soto Soto y doña Viola Guzmán de Soto.

Estoy formando un pequeño estatus grato a mi entorno para que no me “agarre” la nostalgia. Para ello, me compré un equipo pequeño de música que me permite escuchar CD y cassettes a mi gusto,
Kitchener sigue enchapado en nieve.

El 28 de diciembre último como despidiéndome del 2002, recordaba algunos fallecimientos en el curso el año; pensaba también en tantos acontecimientos que fueron sucesos mundiales como la crisis argentina, por ejemplo. Un país tan rico y tan pésimamente administrado.
El eterno conflicto entre Israel y Palestina. ¡Jamás terminará!, me comentó un querido amigo judío, porque nosotros no lo queremos.
Venezuela convulsionada. El Presidente Hugo Chávez parece que está bien intencionado: quiere mejorar al más pobre y para ello hay que repartir más equitativamente el Producto Interno Bruto (P.I.B.). Aquí no hay crisopeya ni actos de magia y es ahí entonces que el que más tiene no lo acepta y aparece en toda su majestad esa raza de ricos que universalmente se defiende, cuando atisba que quieren tocar sus intereses. ¿Se repetirán los actos que terminaron con el gobierno del Presidente Salvador Allende, en Chile?
Parte de Venezuela está en huelga encabezada por la derecha, opositora permanente del gobierno del Presidente Chávez

9 de Enero de 2003.
El lector querrá saber noticias del Hotel Estación de San Fernando, cuyos informes comenzáramos a proporcionar en la primera parte de este exordio, y decíamos que don Ulpiano Astraín Latasa lo administraba desde comienzos.
Su viudez, había contraído nuevas nupcias, también en Bolivia, con doña Francisca Elizalde, distinguida dama vasca de Guipúzcoa. Algunos años después fue menester el concurso de nuevo personal por vacancia o renovación en la parte administrativa y es así como aparece en escena el joven Ignacio Uribarri Recairo, oriundo de Algorta. Bilbao.
Como casi todos los actores de esta comedia tienen ascendencia del país vasco, llamado también Euskadi, quiero detenerme unos minutos, brevemente, para expresar unos pensamientos de esta noble, hermosa, maltratada e invicta tierra.
NOBLE: por sus costumbres, su manera de actuar, su palabra que es la de un señor y noble por nacimiento y juramento. Hay una anécdota que refleja su señorío ancestral.
Cuando en una junta de nobles que había convocado el rey de turno (Felipe II) para una de las tantas tratativas, no reconoció la nobleza de la embajada que representaba el país vasco. Vuelto a sus tierras, juntáronse bajo el árbol sagrado de Guernica, todos los que tenían representación y juraron su nobleza y la de sus descendientes. Desde aquella mañana todo vasco, por derecho propio, es noble.

HERMOSA: ¿Podrá alguien decir lo contrario? Quien haya visitado ese suelo, tanto por el lado español, como por el francés (lo he hecho personalmente), no podría negar la belleza de esos campos, sus ciudades, sus mujeres, sus costumbres milenarias, etc., etc.

MALTRATADA: su Historia está plagada de hechos asombrosamente injustos e infundadas razones que conspiran en contra de él. Escuchemos a Castor Narvarte, distinguido investigador y profesor de la Universidad de Chile, nacido en Irún, Guipúzcoa, en 1919. “Resulta desconcertante asistir a tantos juicios infundados, a tantos prejuicios –diremos mejor- sobre el pueblo vasco. Hemos salido al paso de algunos de ellos sobre la lengua, el euskara. Algo semejante ocurre sobre su estado social y de cultura. Con ligereza increíble algunos intelectuales, sobre todo de lengua castellana, basados en el hecho de que el vasco es un pueblo de vieja cultura, presentan la imagen de un país rezagado al borde de una prehistoria actualizada. Lo que en verdad caracteriza al pueblo vasco es el hecho, único en Europa, de haber conservado la continuidad con ese pasado remoto, mientras que los demás pueblos europeos, cuyos habitantes también pasaron por ese “pasado”, han perdido su propio rastro. ¿Por qué? Es claro, pertenecen a poblaciones vencidas y colonizadas por otros pueblos”.

El pueblo vasco Euskelarria o Euskadi, comprende cuatro provincias en el territorio español: Navarra, Guipúzcoa, Vizcarra y Alaba y en el francés: Laburdi, Benabarra y Tuberosa, separadas entre sí por el Pirineo.
Hoy tiene una población aproximada de tres millones en una extensión territorial de
más o menos 20.000 kilómetros cuadrados. Este pueblo tan especial, que defiende fieramente su idioma y sus libertades, aspira a un nacio

Sigue en Libro II.

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