Monday, May 24, 2010
Las centenarias Bilz y Pap entraron al salón de la fama de las marcas
Las Últimas Noticias
24 May 2010
En 1905 parte la historia de estas gaseosas preferidas por los niños
---
www.emol.com
29/07/01
El Mercurio - Reportajes
Por ENRIQUE LAFOURCADE
LA lluvia nos rebautiza cada invierno. Este tiempo frío empieza a fines de febrero. Ahora llegamos a las vacaciones de invierno, un mes en que hay sol, crecen flores sorprendentes como los lirios blancos, atigrados y surgen las violetas y los besitos y una ilusión blanca y otra que llaman ilusión polaca. Suelo comprar estos ramitos a mil pesos cada uno, para pequeños regalos. Los venden en el centro, en la calle Huérfanos, en un portal flanqueado por zapaterías en liquidación. Andar con un "bouquet" de violetas da cierto prestigio. Aunque ya no hay novias ni enamoradas que acepten este regalo. Las enamoradas prefieren cosas sólidas como un fino reloj de oro, o una invitación a Buenos Aires o a Miami. Con olfato de perro Las violetas del pasaje Matte exorcizan unos hediondos humos a fritangas en aceites quemados. Se fríen muchas papas en esta "down-town". En los viejos tiempos había allí olor a café moka, a tabacos rubios, a chocolate con vainilla. Hoy, smog y papas fritas. Hay cadenas de manufacturas de papas fritas que guardan congeladas, peladas y congeladas, unas organizaciones norteamericanas en cadenas que no son exactamente filantrópicas. Los niños las tragan con avidez bañándolas en ketchup. No nos extrañemos luego de que estos niños se transformen en unos idiotas. Adoran, también, la pizza. Igual que sus papacitos. La pizza napolitana de queso, orégano y tomates, la trajo Nemesio Ravera. Ya por 1940 la juventud estaba comiendo pizzas Ravera en el Portal Fernández Concha. Hacen pizzas con salames, choricillos, queso y orégano. Con aceitunas y espárragos. Es una masa blanda, húmeda, esponjosa, salada, que llama a la cerveza. Los niños no tomaban cerveza entonces. Un año después que apareció la pizza hizo su estreno la Coca Cola. Tengo el dato: "empezó a venderse en noviembre de 1941, embotellada y distribuida por la Viña Concha y Toro". Menos mal que no la mezclaron con vino. 80 centavos la botella. Le costó a la Coca Cola destronar a la Bilz de la CCU. La Bilz y la Papaya. Para las señoras, la malta. En los trenes al sur ofrecían: "¡Malta, Bilz y Pilsener!" Nunca oí que anunciaran la Coca Cola. Hot-dogs y hamburguesas Los hot-dogs tuvieron un tiempo. Han perdido poder. Se comían en "Bahamondes" y en "Mermoz". Aún. En este último lugar cantó Carlitos Gardel, la única vez que vino a Chile. Allí estaba el teatro "Royal". No creo que hubiera hot-dogs en esos primeros años del siglo XX. Un buen hot-dog necesita un pan recién horneado; esponjoso, de harina blanca. La salchicha trabajada en la plancha hasta quedar tostada y dura por afuera y jugosa y gustosa, por dentro. En el medio de este pan con forma de submarino. Para las nuevas generaciones: un completo es pan con salchicha cubierto por un plumón de chucrut y encima otro de mayonesa. El ideal es que sea la mayonesa con huevo y papa, alimonada. Como remate, unas gotas de ketchup. Los niños impacientes le daban un primer mordizco muy nervioso y la salchicha salía volando por la otra punta. El especial - mi predilecto- era pan, salchicha, mayonesa y mostaza. Los dos estilos llamaban a la cerveza de schop. A los niños los complicaban estos hot-dogs. No sabían por dónde empezar. Y los perros calientes mantenían ese hábito de salir arrancando por algún extremo del pan. Los aullidos los ponía el niño. En cambio las hamburguesas eran más tranquilas. Variación del sánguche. Aunque son calientes. Hechas con carne molida. La hamburguesa de Hamburgo tenía cierto esplendor, buena carne con un toque de cebolla y condimentos, recubierta por mostaza oscura, picante. Y cerveza. La versión norteamericana fue, al principio, tímida. Después comenzaron a agregarle pisos. En el segundo, pura cebolla pluma. En el tercero, lechuga con queso. Ignoro cuántos pisos tienen ahora esas hamburguesas. Igual se les derrumban a los niños. En los "Bier Hall", en los clubes alemanes de canto, en las cervecerías del centro, en los portales. La pizza se abrió paso y hacia 1989 ya podía adquirirse en las cadenas de pizzerías. Aún tiene prestigio para las comidas ligeras, cuando caen por sorpresa a las casas la familia completa y todos los compañeros de curso. Hoy las encargan por teléfono. Se reparten en motonetas. Salen unas enormes y deformadas obleas de masa chorreante, mojada, abominable. Las hamburguesas, según una fuente de último minuto, se reincorporaron con mucha fuerza a nuestros hábitos nutritivos al crearse en diciembre de 1967 el "Burger Inn", en la segunda cuadra de Ahumada. Sería muy interesante hacer una encuesta seria sobre la popularidad de estos alimentos: el hot-dog, las papas fritas, la pizza, la hamburguesa. Con la colaboración de esos eruditos y perfectos estadísticos ínsitos en nuestra administración técnica. Aunque me temo que la sopaipilla, de la que me estaba olvidando, ganaría de aquí a Penco. ¡Sánguches de niños en vacaciones! Ah, esa hambre inextinguible. Esas torres de pan rellenas que, si se apretaban con gula, comenzaban a "salirse". Como mujeres gordas, explotando en toda suerte de sorpresas: pollo picado, jamón con gusto a humo, torrejas de tomate, salames y mortadelas entre lechugas y cebollas. Un buen niño en vacaciones de invierno debería volver de su paseo con diarrea, bien repleto, con chorreaduras totales, incluidas las de los helados. ¡Cómo hemos progresado! Me dan unos ahogos sólo de pensar en tanto progreso. Los bikinis que debutan en Viña del Mar, en el verano de 1961. Con orgullo la prensa explicaba que hacía apenas cinco años que habían hecho su aparición en Europa. ¡Y qué me dicen ustedes de los primeros blue jeans, "los bluyines", que aparecen en Santiago en 1957! Extrañas prendas. Los "jeanes" entrados de contrabando, vía Arica, venían a encapsular a las muchachas. Aunque también a sacralizar los derriéres, el chompiz, a sellarlos en un cartucho. La juventud gritó por estos síntomas de encartuchamiento. Por suerte, los bikinis predicaban lo opuesto, la irreprimible marcha hacia el piluchismo democrático. Fue el instante muy propicio para crear el P.D.C. (Piluchismo Democrático Cristiano), comienzo de la revolución sexual. A estos dos hitos fundamentales del ascenso del hombre deberíamos agregar la minifalda. Aparece en 1964. Invención de los escoceses. Quisieron, en un acto más de independentismo contra los malvados colonialistas ingleses, acortar sus kilts de guerra. No tuvieron el éxito que se merecían estos actos de valor. Una aventajada comerciante anglosajona - Mary, por supuesto- se apropió de la idea. ¡Y ya está! ¡Tres hitos de indesmentible progreso para la mujer del siglo XX! Aprovechándose del pánico, en 1973, en la Quinta Normal, se efectuó con bastante publicidad, el primer matrimonio de homosexuales ocurrido en Chile. El novio se llamaba Raúl Sanhueza Celedón, de profesión sastre. La novia, su amigo Jorge Vidal. Enviaron partes y la fiesta duró varios días. La justicia - impresionada por los signos de los tiempos, la minifalda, los "bluyines" y el bikini- se demoró en intervenir. Recién en 1982 actuó tímidamente tomando algunas medidas y estableciendo que el sastre y su amigo no habrían tipificado delito alguno. El sastre Sanhueza Celedón fue un adelantado. Y la comuna de Quinta Normal, pionera en la "modernidad". El ejemplo del sastrecillo valiente no fue a mayores. Qué hacemos con el frío Ayer y anteayer anduve por esas calles centrales de nuestra ciudad capital. Soplaban unos vientos antárticos. En chales y paños sobre las baldosas de las calles peatonales, los vendedores de compac-disc y naipes. ¿Por qué barajas? Lo ignoro. También, cigarrillos de extrañas marcas. Todo esto "home-made". Me informan que en las poblaciones hay ya fábricas importantes de cigarrillos con picardía, es decir, con marihuana. Ese mocetón que parece un forajido recién escapado de algún presidio de un cerro de Valparaíso, orgulloso con sus tenidas de muchas parkas y varios pantalones llenos de bolsillos, con tajos, cierres, botonaduras, con un total que concluye en unas enormes zapatillas de buzo (de modelo antiguo de buzo) con los cordones al aire, ese demacrado gorila lleno de pelos, y aros en las orejas, con mirada de asesino, vende preservativos hechos a mano. Chinos. Los vocea: - ¡Llevar a 500! ¡Chinos auténticos! ¡Quelel tandeal a 500! ¡Chinos! ¡Proteja la industria nacional! Capaz que los condones tengan también picardía. Inspecciono el comercio. Nadie compra. Tal vez porque son las 11 de la mañana. Sólo un prudente turista alemán compraría condones chinos a las 11 de la mañana. Al lado del forajido hay una mujer joven, aterida, que ofrece gorros de pieles sintéticas. Y un coche de guagua repleto de chales de lana. Sospecho que lo usan como transporte para despistar a los verdes. Si éstos los sorprenden, pueden llenar en segundos el coche con su mercadería y escapar gritando: "¡Abran paso a la guagüita que está con ataque!". Tal vez, adentro, hay una guagua de verdad. Quizá venden guaguas. ¿Cuánto vale una guagua en Ahumada? Son guaguas ahumadas, fuertes, aguantadoras de los peores fríos, hasta que se transforman en angelitos. Experimentadas en inundaciones y bronquitis y pulmonías y plagas de todas clases. Tal vez, vacunadas. Me parece oír al delincuente gritar: - "¡Oiga, le traímos guaguas chinas, vacunadas!". Seguro que si me quedo un poco más, la cabra, la madrecita de 16 años, me la ofrece en venta. Ya deben estar vendiendo criaturas de leche. Alguien me contó que es un buen negocio, que se venden diariamente entre seis a siete guaguas. Primero, las maquillan para que parezcan guaguas de rico. Y les dan algo para que duerman. Muchas se mueren. Bien, yo creo que estoy inventando. La ciudad áspera. Ni siquiera vuelan las palomas, la pascuense que vende café en el "Haití" ha engordado. El frío.
Citados: Carlitos Gardel , Jorge Vidal , Nemesio Ravera , Raúl Sanhueza Celedón
© 2008 EMOL ( Términos y condiciones de uso,
24 May 2010
En 1905 parte la historia de estas gaseosas preferidas por los niños
---
www.emol.com
29/07/01
El Mercurio - Reportajes
Por ENRIQUE LAFOURCADE
LA lluvia nos rebautiza cada invierno. Este tiempo frío empieza a fines de febrero. Ahora llegamos a las vacaciones de invierno, un mes en que hay sol, crecen flores sorprendentes como los lirios blancos, atigrados y surgen las violetas y los besitos y una ilusión blanca y otra que llaman ilusión polaca. Suelo comprar estos ramitos a mil pesos cada uno, para pequeños regalos. Los venden en el centro, en la calle Huérfanos, en un portal flanqueado por zapaterías en liquidación. Andar con un "bouquet" de violetas da cierto prestigio. Aunque ya no hay novias ni enamoradas que acepten este regalo. Las enamoradas prefieren cosas sólidas como un fino reloj de oro, o una invitación a Buenos Aires o a Miami. Con olfato de perro Las violetas del pasaje Matte exorcizan unos hediondos humos a fritangas en aceites quemados. Se fríen muchas papas en esta "down-town". En los viejos tiempos había allí olor a café moka, a tabacos rubios, a chocolate con vainilla. Hoy, smog y papas fritas. Hay cadenas de manufacturas de papas fritas que guardan congeladas, peladas y congeladas, unas organizaciones norteamericanas en cadenas que no son exactamente filantrópicas. Los niños las tragan con avidez bañándolas en ketchup. No nos extrañemos luego de que estos niños se transformen en unos idiotas. Adoran, también, la pizza. Igual que sus papacitos. La pizza napolitana de queso, orégano y tomates, la trajo Nemesio Ravera. Ya por 1940 la juventud estaba comiendo pizzas Ravera en el Portal Fernández Concha. Hacen pizzas con salames, choricillos, queso y orégano. Con aceitunas y espárragos. Es una masa blanda, húmeda, esponjosa, salada, que llama a la cerveza. Los niños no tomaban cerveza entonces. Un año después que apareció la pizza hizo su estreno la Coca Cola. Tengo el dato: "empezó a venderse en noviembre de 1941, embotellada y distribuida por la Viña Concha y Toro". Menos mal que no la mezclaron con vino. 80 centavos la botella. Le costó a la Coca Cola destronar a la Bilz de la CCU. La Bilz y la Papaya. Para las señoras, la malta. En los trenes al sur ofrecían: "¡Malta, Bilz y Pilsener!" Nunca oí que anunciaran la Coca Cola. Hot-dogs y hamburguesas Los hot-dogs tuvieron un tiempo. Han perdido poder. Se comían en "Bahamondes" y en "Mermoz". Aún. En este último lugar cantó Carlitos Gardel, la única vez que vino a Chile. Allí estaba el teatro "Royal". No creo que hubiera hot-dogs en esos primeros años del siglo XX. Un buen hot-dog necesita un pan recién horneado; esponjoso, de harina blanca. La salchicha trabajada en la plancha hasta quedar tostada y dura por afuera y jugosa y gustosa, por dentro. En el medio de este pan con forma de submarino. Para las nuevas generaciones: un completo es pan con salchicha cubierto por un plumón de chucrut y encima otro de mayonesa. El ideal es que sea la mayonesa con huevo y papa, alimonada. Como remate, unas gotas de ketchup. Los niños impacientes le daban un primer mordizco muy nervioso y la salchicha salía volando por la otra punta. El especial - mi predilecto- era pan, salchicha, mayonesa y mostaza. Los dos estilos llamaban a la cerveza de schop. A los niños los complicaban estos hot-dogs. No sabían por dónde empezar. Y los perros calientes mantenían ese hábito de salir arrancando por algún extremo del pan. Los aullidos los ponía el niño. En cambio las hamburguesas eran más tranquilas. Variación del sánguche. Aunque son calientes. Hechas con carne molida. La hamburguesa de Hamburgo tenía cierto esplendor, buena carne con un toque de cebolla y condimentos, recubierta por mostaza oscura, picante. Y cerveza. La versión norteamericana fue, al principio, tímida. Después comenzaron a agregarle pisos. En el segundo, pura cebolla pluma. En el tercero, lechuga con queso. Ignoro cuántos pisos tienen ahora esas hamburguesas. Igual se les derrumban a los niños. En los "Bier Hall", en los clubes alemanes de canto, en las cervecerías del centro, en los portales. La pizza se abrió paso y hacia 1989 ya podía adquirirse en las cadenas de pizzerías. Aún tiene prestigio para las comidas ligeras, cuando caen por sorpresa a las casas la familia completa y todos los compañeros de curso. Hoy las encargan por teléfono. Se reparten en motonetas. Salen unas enormes y deformadas obleas de masa chorreante, mojada, abominable. Las hamburguesas, según una fuente de último minuto, se reincorporaron con mucha fuerza a nuestros hábitos nutritivos al crearse en diciembre de 1967 el "Burger Inn", en la segunda cuadra de Ahumada. Sería muy interesante hacer una encuesta seria sobre la popularidad de estos alimentos: el hot-dog, las papas fritas, la pizza, la hamburguesa. Con la colaboración de esos eruditos y perfectos estadísticos ínsitos en nuestra administración técnica. Aunque me temo que la sopaipilla, de la que me estaba olvidando, ganaría de aquí a Penco. ¡Sánguches de niños en vacaciones! Ah, esa hambre inextinguible. Esas torres de pan rellenas que, si se apretaban con gula, comenzaban a "salirse". Como mujeres gordas, explotando en toda suerte de sorpresas: pollo picado, jamón con gusto a humo, torrejas de tomate, salames y mortadelas entre lechugas y cebollas. Un buen niño en vacaciones de invierno debería volver de su paseo con diarrea, bien repleto, con chorreaduras totales, incluidas las de los helados. ¡Cómo hemos progresado! Me dan unos ahogos sólo de pensar en tanto progreso. Los bikinis que debutan en Viña del Mar, en el verano de 1961. Con orgullo la prensa explicaba que hacía apenas cinco años que habían hecho su aparición en Europa. ¡Y qué me dicen ustedes de los primeros blue jeans, "los bluyines", que aparecen en Santiago en 1957! Extrañas prendas. Los "jeanes" entrados de contrabando, vía Arica, venían a encapsular a las muchachas. Aunque también a sacralizar los derriéres, el chompiz, a sellarlos en un cartucho. La juventud gritó por estos síntomas de encartuchamiento. Por suerte, los bikinis predicaban lo opuesto, la irreprimible marcha hacia el piluchismo democrático. Fue el instante muy propicio para crear el P.D.C. (Piluchismo Democrático Cristiano), comienzo de la revolución sexual. A estos dos hitos fundamentales del ascenso del hombre deberíamos agregar la minifalda. Aparece en 1964. Invención de los escoceses. Quisieron, en un acto más de independentismo contra los malvados colonialistas ingleses, acortar sus kilts de guerra. No tuvieron el éxito que se merecían estos actos de valor. Una aventajada comerciante anglosajona - Mary, por supuesto- se apropió de la idea. ¡Y ya está! ¡Tres hitos de indesmentible progreso para la mujer del siglo XX! Aprovechándose del pánico, en 1973, en la Quinta Normal, se efectuó con bastante publicidad, el primer matrimonio de homosexuales ocurrido en Chile. El novio se llamaba Raúl Sanhueza Celedón, de profesión sastre. La novia, su amigo Jorge Vidal. Enviaron partes y la fiesta duró varios días. La justicia - impresionada por los signos de los tiempos, la minifalda, los "bluyines" y el bikini- se demoró en intervenir. Recién en 1982 actuó tímidamente tomando algunas medidas y estableciendo que el sastre y su amigo no habrían tipificado delito alguno. El sastre Sanhueza Celedón fue un adelantado. Y la comuna de Quinta Normal, pionera en la "modernidad". El ejemplo del sastrecillo valiente no fue a mayores. Qué hacemos con el frío Ayer y anteayer anduve por esas calles centrales de nuestra ciudad capital. Soplaban unos vientos antárticos. En chales y paños sobre las baldosas de las calles peatonales, los vendedores de compac-disc y naipes. ¿Por qué barajas? Lo ignoro. También, cigarrillos de extrañas marcas. Todo esto "home-made". Me informan que en las poblaciones hay ya fábricas importantes de cigarrillos con picardía, es decir, con marihuana. Ese mocetón que parece un forajido recién escapado de algún presidio de un cerro de Valparaíso, orgulloso con sus tenidas de muchas parkas y varios pantalones llenos de bolsillos, con tajos, cierres, botonaduras, con un total que concluye en unas enormes zapatillas de buzo (de modelo antiguo de buzo) con los cordones al aire, ese demacrado gorila lleno de pelos, y aros en las orejas, con mirada de asesino, vende preservativos hechos a mano. Chinos. Los vocea: - ¡Llevar a 500! ¡Chinos auténticos! ¡Quelel tandeal a 500! ¡Chinos! ¡Proteja la industria nacional! Capaz que los condones tengan también picardía. Inspecciono el comercio. Nadie compra. Tal vez porque son las 11 de la mañana. Sólo un prudente turista alemán compraría condones chinos a las 11 de la mañana. Al lado del forajido hay una mujer joven, aterida, que ofrece gorros de pieles sintéticas. Y un coche de guagua repleto de chales de lana. Sospecho que lo usan como transporte para despistar a los verdes. Si éstos los sorprenden, pueden llenar en segundos el coche con su mercadería y escapar gritando: "¡Abran paso a la guagüita que está con ataque!". Tal vez, adentro, hay una guagua de verdad. Quizá venden guaguas. ¿Cuánto vale una guagua en Ahumada? Son guaguas ahumadas, fuertes, aguantadoras de los peores fríos, hasta que se transforman en angelitos. Experimentadas en inundaciones y bronquitis y pulmonías y plagas de todas clases. Tal vez, vacunadas. Me parece oír al delincuente gritar: - "¡Oiga, le traímos guaguas chinas, vacunadas!". Seguro que si me quedo un poco más, la cabra, la madrecita de 16 años, me la ofrece en venta. Ya deben estar vendiendo criaturas de leche. Alguien me contó que es un buen negocio, que se venden diariamente entre seis a siete guaguas. Primero, las maquillan para que parezcan guaguas de rico. Y les dan algo para que duerman. Muchas se mueren. Bien, yo creo que estoy inventando. La ciudad áspera. Ni siquiera vuelan las palomas, la pascuense que vende café en el "Haití" ha engordado. El frío.
Citados: Carlitos Gardel , Jorge Vidal , Nemesio Ravera , Raúl Sanhueza Celedón
© 2008 EMOL ( Términos y condiciones de uso,