Thursday, February 11, 2010

 

Cara y Sello de unas Vacaciones

http://www.rancahuaso.cl/
2010-02-11 08:00:00

Este año se me presentó la posibilidad de llegar al Cerro Campanario, Paso Fronterizo Pehuenche, y quiero mostrar a ustedes, directamente, sobre esta historia entre hermanos chilenos y argentinos.
Por Silvia Miranda.

Escrito por Silvia Angélica Miranda



6 de Febrero de 2010, VII Región,
Comuna de San Clemente: una comuna muy extensa, ubicada a algunos kilómetros desde Talca hacia la cordillera. Preparo mi cámara fotográfica, demasiado entusiasmada para dirigirme, como muchos a disfrutar del maravilloso encuentro chileno-argentino, ya el Nº 50, que se llevaría a efecto en la llanura del conocido Cerro Campanario .

Varios kilómetros de avance, por pintorescos pueblos, donde no sé cómo va llegando el aroma a empanadas… de esas especiales que solamente las manos de mujeres del campo saben hacer. Pero yo voy feliz, al igual que muchas personas que se dirigen a esta gran actividad, dejando flamear banderas chilenas y argentinas; estos últimos automovilistas que han preferido ingresar a país por el Paso Los Libertadores… seguramente para ir conociendo las hermosas postales naturales de nuestra nación.

Breve descanso en un tramo del Lircay

Hay que hacer un alto, en algún lugar, para aprovechar de desayunar…Total, el Encuentro de países sería el domingo, y este sábado era un día hermoso; había que aprovecharlo. Un hermoso Camping invita a ingresar… ahora me encuentro en un lugar, rodeado de cerros pintados de verde, matizados de copihues.

A medida que comenzamos a marcar terreno, armando –algunos- las carpas, comienzo a observar a la gente. Preparan sus riquísimos asados, despidiendo un aroma irresistible. Como el sol decidió ser “buenito” ese día, el desfile de bañistas es evidente. Pero ellos no van a la piscina; su objetivo es mojarse en las cristalinas aguas del Río Lircay… ese mismo río que, cumpliendo con su habitual misión, hace llegar a mis oídos el ruido que provoca su suave torrente.

A kilómetros, por el borde costero, los trajes de baño, de telas milimétricas, los cuerpos esculturales y los quitasoles de buena marca forman un gran contraste con lo que yo me encuentro observando. Claro, porque mientras en las playas de Viña y Reñaca se hacen de rogar para recibir más turistas, los campings de Chile se las arreglan para que, a medidas que van ingresando más automóviles, haya más terreno disponible, más mesas, más agua… más de todo. En este lugar, los trajes de baño lo constituyen shorts y poleras… y nadie se fija en el resto.

Licor de ave

Vuelvo a mi escenario. Muy cercanos al lugar donde me encuentro, veo a una familia de clase media que, aprovechando 2 árboles firmes ha improvisado un cordel para tender sus toallas y trajes de baño. Se disponen a poner la mesa para disfrutar un rico almuerzo. Un señor, muy atento, al sentirse observado por, mí me dice –gentilmente- “¿Se serviría un poquito de licor de ave? “¿Qué?” –le digo- Y me responde: “Un jotecito, pues”. Le sonrío y me niego. Añoro una taza de té, sólo eso. Me dispongo a recorrer el camping para tener algo que contarles a mis amigos lectores.

Fue un día fenomenal, rico almuerzo al lado del Lircay, con el ruido exagerado de música reggaetonera, apoyada por un DJ, de esos que se creen porque tienen un micrófono en sus manos, de pecho súper inflado, que se paseaba por entre las carpas, entregando papas fritas y chocolatines, de cierta marca, a los niños que hacían sus gracias.

Por la noche el karaoke dejó “la tendalá” (bien a lo chileno). Hermosas canciones, con participantes que cantaban con el corazón; eso perdonaba toda su desafinación. De repente, de alguna mesa se escuchaba bien gritadito: “Ya, poh, Guatón… para el escándalo!” Y el “guatón”, cantaba con más ganas.

Me dormí de puro cansada, pensando en el viaje al Cerro Campanario, por la mañana del domingo 7 de febrero. Y llegó el momento de la partida. Camino hacia mi objetivo, varios kilómetros de recorrido ya, algunas nubes y pequeñas gotitas comienzan a acompañarnos. Hemos llegado a la Aduana chilena, y ya noto algunas caras “más largas que nuestro flaco Chile”… es que ya ha llegado la noticia que el tiempo comienza a actuar fríamente. Veo que algunos automovilistas que iban desde Chile a Argentina… ahora lo hacen a la inversa: “han decidido regresar debido al tiempo pésimo existente”. Cuentan que el viento se ha venido con furia contra las carpas multicolores, obligando a muchos al regreso.

Aún así guardo un poco de ánimo. Me interesaba llegar únicamente al momento especial, al más protocolar, donde la misa, el Acto Patriótico, el especial almuerzo y la distinción a las personalidades destacadas, a realizarse ahí… donde yo quería llegar para que los lectores de El Rancahuaso compartieran la postura de la primera piedra del arco bicentenario, sellarían este esperado Encuentro entre hermanos chilenos y argentinos.

Pero, contra el tiempo nada podemos hacer. Chile es un país armado de grandes maravillas, pero acompañado –también- de altos y bajos en su clima. Están claras las estaciones del año, pero, actualmente, todo puede pasar. Fue, precisamente, la naturaleza, la que dominó el entorno, la que dijo “Presente” ante tanta multitud.

Y “El Rancahuaso”, aún seguía avanzando. Quedaban, aproximadamente 45 minutos de camino, las pozas comenzaban a ser más seguidas, pero –empujada por el optimismo, quería llegar junto a mi Diario, a pesar de todo, pensando que algunos rayos solares pudiesen terminar con el clima “invitado de piedra”.

Muchos afortunados, que habían llegado durante la semana, pudieron compartir grandes momentos, Sí, porque quienes se establecieron en sus carpas con anticipación, pudieron disfrutar gratamente las actividades de tradición, en la cima del Cerro Campanario.

Detención en Sepultura

A la altura de la Localidad de “Sepultura”, los vehículos de regreso eran más seguidos.- Pude reunir testimonios de chilenos y argentinos que contaban “haber tenido que soportar grandes ráfagas de viento que levantaban mucha cantidad de polvo haciendo desaparecer sus carpas y otro tipo de subestructuras que habían armado para protegerse”

“Tuvimos que tomar todas nuestras cosas, en forma muy rápida y volver a Santiago” –decían algunos- Otros, venían de Mendoza. Unos bonaerenses “habían dejado de veranear en Concon por venir a participar.”

Las nubes negras, el viento infernal y la caída de agua nieve hizo que nadie quedara allá arriba, y se extinguiera –para pena de muchos- esta hermosa actividad entre Chile y Argentina. El Rancahuaso hizo todo el intento, como siempre… para poder compartir con ustedes situaciones especiales y loables. Esta vez, en que Chile y Argentina, se unían por un bien común.

Como subió personal de Carabineros a verificar que nadie quedara, era imposible seguir adelante. Pero quedó grabado, en la historia de nuestro Diario, el empuje y ganas de participarles todo lo que somos capaces de hacer. Se espera que el tiempo sea de excelencia… cuando llegue el momento de realizar esta hermosa “Caravana Ciudadana”.

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