Tuesday, October 06, 2009

 

El Moulin Rouge cumple 120 años convertido en un concurrido espectáculo familiar



El Mercurio

Aún en plena actividad, el legendario cabaret que inspiró a Toulouse-Lautrec y a diversos directores de cine es la cuna del cancán y de la vida nocturna parisina.

FERNANDO ZAVALA


El tradicional molino se mantiene en la fachada del local inaugurado en 1889 en el parisino barrio Pigalle

Hace un siglo era un verdadero epicentro del desenfreno adulto. Hoy, cualquiera con más de seis años puede pagar su entrada y entrar a ver el espectáculo. En 1889, el empresario catalán Joseph Oller, dueño del teatro Olympia, instaló en el barrio rojo de Pigalle, junto a Montmartre, un cabaret que con los años pasaría a convertirse en un ícono de la vida nocturna y también en la cuna del cancán, como se le conoce en la actualidad. Con el emblemático e imponente molino en el techo que perdura hasta la actualidad, el Moulin Rouge nació como un lugar donde las cortesanas ligeras de ropa atendían a una oscura clientela con bailes privados en sus asientos o sobre el escenario.

El cancán ya era un baile popular en la clase trabajadora francesa antes del Moulin Rouge. Pero fue en el cabaret de Pigalle donde tomó forma y causó escándalo: polleras arriba, las bailarinas habitualmente dejaban muy poco a la imaginación y los excesos que se producían en el lugar eran legendarios.

En pleno furor bohemio de la época, el Moulin Rouge también pasó a la historia como la inspiración del pintor postimpresionista Henri de Toulouse-Lautrec, quien creó una serie de posters que hoy son leyenda.

Ciento veinte años después de su nacimiento, el Moulin Rouge sigue presentando su tradicional espectáculo de cancán y atrayendo a espectadores de todo el mundo. Pero la polémica ya es cosa del pasado. Hoy día, el lugar admite a cualquier persona de más de seis años. Es más, los menores de 12 tienen el 50% de descuento. Las bailarinas siguen cubiertas de plumas y algunas aún mantienen sus pechos descubiertos, pero ya nadie se escandaliza. Figuras como Ella Fitzgerald, Liza Minelli, Elton John, Frank Sinatra y Edith Piaf se han subido al escenario.

Actualmente, el Moulin Rouge ofrece el espectáculo "Féerie", con más de 100 bailarines en escena y 1.000 trajes. Incluyendo cena, un ticket puede costar hasta 185 euros. Sin cena, alrededor de 90. Hay una función a la hora de almuerzo y dos en la noche.

EN INTERNET

Reservas para el Moulin Rouge en
http://www.moulinrouge.fr/


El mítico cabaret en el cine

El Moulin Rouge no sólo inspiró a Toulouse-Lautrec. El cine también ha caído bajo su encanto. Existen seis películas tituladas "Moulin Rouge" , la primera de ellas de 1928, dirigida por el alemán Ewald André Dupont .

Pero las más famosas son dos: la de 1952, dirigida por John Huston y protagonizada por José Ferrer como el pintor y Zsa-Zsa Gabor (en la foto) como una bailarina. Y también está el musical de 2001 que Baz Luhrmann dirigió con las actuaciones de Nicole Kidman y Ewan McGregor. Fue la película que gatilló el resurgimiento del género.

Kidman en "Moulin Rouge".

En 1955, el francés Jean Renoir dirigió la cinta "French can can" , una historia ficcionalizada del cabaret protagonizada por Jean Gabin.

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EL MERCURIO
MAGAZINE

Lunes 5 de Octubre de 2009 09:29

El Moulin Rouge cumple 120 años con salud de hierro
La crisis no afecta al cabaret situado en el barrio rojo de Pigalle, al pie del Montmartre parisino, sino que más bien impulsa el negocio.DPA Lunes 5 de Octubre de 2009 09:29 El famoso cabaret sigue iluminando la noche parisina.



Foto: AFP

PARÍS.- El cabaret Moulin Rouge, templo francés del espectáculo y las vedettes de largas piernas y amplios escotes, cumple 120 años pero, lejos de envejecer, goza de una salud de hierro en la que la crisis financiera mundial no parece hacer mella.

"Cada noche vendemos el 97 por ciento de las entradas, no notamos la recesión en absoluto", cuenta la portavoz del Moulin Rouge, Fanny Rabasse. El público sigue dispuesto a pagar unas entradas que van de los 80 a los 400 euros para disfrutar del espectáculo bebiendo una copa o degustando una de las tres cenas, con nombres tan emblemáticos como "Cancán Francés", "Toulusse Lautrec" y "Belle Epoque", en función del importe desembolsado.

No pasan de moda los bailes de las sesenta bailarinas enfundadas en plumas y lentejuelas. Y sigue corriendo el alcohol en un teatro que vende cada año 240.000 botellas de champán, convirtiéndose en uno de los mayores consumidores de la bebida francesa por antonomasia.

Así, la crisis no afecta al cabaret situado en el barrio rojo de Pigalle, al pie del Montmartre parisino, sino que más bien impulsa el negocio. La necesidad de divertirse se acentúa quizás aún más en tiempos de problemas: Vestidas de domadoras o de gatas, las vedettes ayudan a los espectadores a sumergirse en un mundo alejado de la cruda realidad, en el embrujo de las mil y una noches, en la despreocupada vida de la Belle Epoque.

Esa ha sido la misión del cabaret desde su fundación, el 6 de octubre de 1889, coincidiendo con la Exposición Mundial de París. No tardó en darse a conocer, sobre todo después de que la policía prohibiera el baile del cancán, durante el que las bailarinas alzaban sus piernas dejando a los espectadores ver debajo de sus faldas. Se tachó de obsceno el espectáculo, lo que no hizo mas que aumentar su popularidad.

Grandes estrellas ocuparon el escenario del Moulin Rouge, entre ellas Mistinguett, una de las artistas mejor pagadas en las décadas de los veinte y los treinta del siglo pasado.

Pero bajo el molino rojo que decora el tejado en recuerdo del pasado campesino del barrio ya no sólo se baila: Ahora también se incluyen números cantados, de magia y humor.

Entre las novedades figura un ventrílocuo que hace hablar al público o una bailarina que comparte acuario con una serpiente pitón. Aunque la gran atracción sigue siendo el cuerpo de baile, las llamadas "chicas Doris", en honor a la fundadora del grupo, la bailarina alemana Doris Haug.

"El espectáculo del Moulin Rouge no es puramente erótico ni pornografía", subraya la portavoz del teatro. Y por eso se presta especial atención a los decorados y el atuendo de las bailarinas, por muy escaso que éste sea.

Cerca de un millar de disfraces y ochocientos pares de zapato han sido preparados para "Féerie", el espectáculo programado hasta 2012 con un presupuesto de ocho millones de euros (11.700 millones de dólares). Cada una de las setenta boas de plumas de marabú rosas que envuelven a las bailarinas ha costado 12.000 euros. Su vestimenta se completa con botas, faldas de cancán en azul, blanco y rojo y ligas también con los colores de la bandera francesa.

Nada es demasiado cuando se trata del baile emblemático del Moulin Rouge. Por algo la mayoría de los espectadores acuden al cabaret para ver a las bailarinas dando patadas al aire sincronizadamente, agitando sus pantorrillas de forma vertiginosa, alzando sus faldas y lanzando gritos de alegría.

Las "chicas Doris" continúan danzando el cancán como "La Goule", la mítica bailarina que Toulusse Lautrec inmortalizó en uno de sus carteles.

El cuerpo de baile es eminentemente internacional. "En total, tenemos representadas 14 nacionalidades, pero la mayoría de ellas viene de Australia", explica la portavoz. También es cosmopolita el público, con espectadores llegados de China, Estados Unidos, Rusia, Alemania y muchos otros países.

En todo caso, el Moulin Rouge también está de moda en casa, como lo demuestra el hecho de que la mitad de los asistentes a sus espectáculos sean franceses.





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