Friday, September 25, 2009

 

Hundimiento del Crucero alemán Dresden

30 de Junio de 2009

Posteado por Mi Dulce Patria en Rescate Cultural, Portada


Tras salvar ileso de la batalla naval de las Malvinas durante la Primera Guerra Mundial, el crucero liviano alemán Dresden, se refugia en los canales del sur de Chile y posteriormente se dirige al archipiélago de Juan Fernández, donde fondea en la bahía Cumberland, de la Isla de Más a Tierra, el día 9 de mayo de 1915. Cinco días transcurrieron desde que la embarcación recalara en estas costas, con la intención de reparar sus deterioradas máquinas y reabastecer sus bodegas con víveres y carbón, cuando es atacada sorpresivamente, a las ocho de la mañana, por tres buques ingleses que la habían perseguido en su travesía desde los mares australes: el crucero Kent, el Glasgow y el transporte Orama.
Incapaz de hacer frente a la agresión, debido a la escasez de carbón, el Dresden es encañonado y hundido tras un breve combate. Protegiendo la vida de su tripulación, el capitán del navío alemán decide parlamentar por mientras ordena a los marineros desembarcar en tierra. La tripulación y oficialidad alemana es internada en la Isla Quiriquina, al sur de Chile, frente a la ciudad de Concepción.

El SMS Dresden fue un crucero ligero alemán de la Kaiserliche Marine, de tres chimeneas, botado en 1906, de 118 m de eslora, armado con 10 cañones de 105 mm, y el único equipado con turbinas Parsons y cuatro hélices navales tetrapalas, que le permitían alcanzar 28 nudos, 4 nudos más que el SMS Emden, su gemelo, con el cual constituía clase.
Tuvo una destacada participación en la evacuación de alemanes radicados en el puerto de Veracruz en México a principios de 1914, llevando entre sus oficiales al Teniente de Navío Wilhelm Canaris, y durante esos días de asedio al deportado dictador Victoriano Huerta. Pancho Villa hizo un ofrecimiento al gobierno alemán para comprar este crucero y otros más. Después de concluido el traslado, fue relevado por el crucero Nürnberg y partió a Alemania.
Asumió el mando el Capitán de Navío Fritz Lüdecke.
Primera Guerra Mundial.
Estando en plena travesía, recibió la noticia del inicio de hostilidades e instrucciones de navegar hacia Tsingtao, China, y en plena mar se preparó el navío para entrar en combate.
Finalmente llegó a Tsingtao, aún en poder de los alemanes y se avitualló. Ahí recibió órdenes de proseguir la navegación en pos de la flota de Maximilian von Spee. Durante el viaje, el buque fue alistado para el combate, desechando todo material inflamable y accesorios inútiles.
En Chile.
Se unió a la flota de von Spee en la Isla de Pascua viniendo desde Tsingtao (China). Desde ahí zarpó con la flota hacia la costa sudamericana, específicamente al Cabo de Hornos.
Participó en la batalla de Coronel (Chile) el 1 de noviembre de 1914, donde la flota alemana resultó victoriosa.
Durante una parada de abastecimiento en Valparaíso, su gemelo el SMS Emden fue inutilizado en las Islas Cocos 12°11′10.24″S 96°49′47.07″E / -12.1861778, 96.8297417 el 9 de noviembre por el HMAS Sidney.
En la Batalla de las islas Malvinas el 8 de diciembre del mismo año, donde la armada inglesa al mando del vicealmirante Sir Frederick Sturdee hundió a casi todos los navíos de Von Spee, el SMS Dresden fue el único navío sobreviviente gracias a sus turbinas, que le dieron mayor velocidad (27 nudos) durante el forzado escape.




Se esconde en la Patagonia chilena.
Los británicos no deseaban que el SMS Dresden se les escabullera y dieron una batida de caza por toda la región austral sin encontrarlo.
El SMS Dresden navegó por los canales patagónicos en busca de refugio. Una vez agotado el carbón, se mantuvo escondido en estrechos canales patagónicos chilenos no demarcados geográficamente (Isla Santa Inés y Santa Magdalena), por espacio de varios meses y cambió de posición en muchas ocasiones, dentro de la misma zona. El lugar más espectacular fue el fiordo de Quintupeu 42°5′41.17″S 72°33′16.40″O / -42.0947694, -72.5545556, en cuya boca apenas cabía el SMS Dresden. Llancahué 42°10′17.30″S 72°24′06.37″O / -42.1714722, -72.4017694, Porcelana 42°29′3.36″S 72°26′11.69″O / -42.4842667, -72.4365806, Cahuelmó y Quintupeu que son unos bellos parajes del sur de Chile, donde se pueden apreciar vertientes naturales de agua termal agrupados en pozones al aire libre. En el fiordo de Quintupeu se divisan los cerros de la frontera y un farallón rocoso con una cascada directa al mar.
La tripulación sobrevivió gracias a la caza, pesca y fuentes de aguas naturales, así como a la ayuda de alemanes residentes en Chile, tales como un tal Gottenburg y Albert Pagels radicados en Puerto Montt (Chile).
A fines de febrero de 1915 y estando ya en condiciones de navegar, aunque con bajas reservas de carbón, buscó encontrarse con un barco alemán abastecedor en altamar y luego emprender la llamada ruta de los veleros hacia Oceanía.
Albert Pagels y el fiordo de Quintupeu.
Quintupeu es un bellísimo fiordo, solitario, con una estrecha entrada de no más de un cable de ancho, con un saco de tres millas y un ancho de media milla, rodeado de acantilados de unos 600 m de altura, cubiertos de profusa vegetación, útil para abastecer las calderas del buque con una cascada de purísima agua. El 6 de febrero de 1915, al atardecer, llega hasta aquí el averiado Dresden, con las máquinas quejándose y rechinando. Al pasar los enormes acantilados de la estrecha entrada, ven un velero con bandera alemana que resultó ser uno de los barcos de la flota de Carlos Oelkers de Calbuco que venía capitaneado por Enrique Oelkers, acompañado del eficiente colaborador Albert Pagels, quien les había informado de la emergencia del buque y traía víveres, carbón y mecánicos para llevarse las piezas dañadas a Calbuco y Puerto Montt.
Esa misma noche empezó la gloriosa estancia del Dresden en este maravilloso fiordo. El aire tibio de verano, la banda tocando en cubierta, cerveza, cecinas de las buenas, auténticas, fabricadas por los alemanes residentes y salchichas en fondos con agua hirviendo, ¡no podía haber nada más estupendo después de tantas privaciones! A la mañana siguiente, muy temprano, se empieza con el desarme de las piezas dañadas. Todo el personal tenía algo que hacer, había que apurarse, pues era de suponer que no podrían quedarse mucho tiempo, ya que ello contravenía la Convención de La Haya. Se sacaron dos pesadísimas tapas de las calderas semifundidas por las tremendas temperaturas a que habían sido sometidas, así como ejes y partes de los comandos del timón. Todo fue trasladado al velero de la flota de Oelkers que partiría rumbo a Calbuco y Puerto Montt. El personal, agotado, se retiró temprano. Al otro día se continuó con la labor de desarme de las últimas piezas dañadas con las que saldrían al día siguiente a las 5 de la mañana el capitán Wiebliz, Pagels y dos marineros en la lancha de vapor del buque, rumbo a la isla Guar para ser entregados al mediodía en el solitario estero de Chipué a la Elfeide, la goleta de Pagels comandada por su colaborador Schindling, y llevarlos a reparar a Puerto Montt, estratagema meticulosamente elaborada con anterioridad para no delatar la posición del Dresden.
Antes de partir con Pagels, Schindling entregó al capitán Wiebliz una bolsa con correspondencia para el buque, recopilada por muy diferentes y extraños medios. Enfilados a 182º magnéticos, rumbo que mantendrán por 10 millas para luego virar a babor, a la cuadra de la isla Queultín y tomar el nuevo rumbo de 124º hacia la isla Llancahué. Era un día soleado con mar plana y suave viento del NW. El pequeño motor a vapor de la lancha resoplaba acompasadamente, manteniendo una velocidad, con ayuda del viento, de 7 nudos que les auguraba una pronta llegada en unas 7 horas. Faltando más de una hora para efectuar el cambio de rumbo en la isla Queltin, el capitán Wiebliz, a instancias de los tripulantes, accedió a abrir el saco de la correspondencia. Sobre todas las cartas se destacaba inmediatamente una caja dirigida a uno de los marineros tripulantes, Otto Hunger, el corneta del buque, quien con gran apresuramiento y ansiedad la abrió: era un grueso chaleco con cuello de piel que le había tejido su madre, pues él en una carta se había quejado del frío de los canales magallánicos. Con gran alborozo se lo pone a pesar de que no correspondía a la temperatura veraniega. Al cambiar el rumbo hacia el oeste, favorecida por el viento de empopada, la pequeña embarcación aumentó su andar a casi 8 nudos, lo que les permitió llegar al buque con el sol aún alto.
Sobre la cubierta encontraron un misterioso cajón. El aserrín y restos de tablas que lo rodeaban denotaban su reciente construcción. Al preguntar a que correspondía, nadie supo contestar. Cuando el capitán Wiebliz fue a informar sobre su misión al Comandante Lüdecke, le preguntó por el misterioso cajón. El comandante le informó que se trataba del molde que se usaría para concretar la caja que contenía el tesoro mexicano, el que intentaba fondear en Quintupeo, ya que no había sido posible depositarlo en un banco en Alemania. “Nuestro destino es demasiado incierto como para continuar con esta responsabilidad”, justificó el comandante. En la mañana, el misterioso cajón había desaparecido, no quedaba ni rastro de su existencia. Al fondo del buque, en una bodega de la sentina, el teniente Canaris, Karl Hartwig el torpedero y Gregor Bitter el carpintero, en estricto secreto, envuelven la caja del tesoro con linoleum y la sellan con brea, para luego introducirla en el mentado cajón y concretarlo con la mezcla que el carpintero ya tenía preparada. Terminada esta última operación, Bittler introdujo en la mezcla dos ganchos de fierro para posteriormente, y una vez fraguado, izar el pesado bloque con la grúa de torpedos.




Valparaíso.
El SMS Dresden se hizo a la mar y a la altura del puerto de Corral sorprendió y hundió a la barca inglesa Cornwall Castle, recogiendo a sus tripulantes, que fueron transferidos más tarde en Valparaíso a un barco de aprovisionamiento alemán.
En principio, su objetivo era tomar la ruta de los veleros, una vez abastecido de un barco amigo, pero en lugar del abastecedor se encontró con su última presa. El velero inglés venía sin carbón suficiente, por lo que las estimaciones de combustible para realizar semejante travesía le ponían en peligro de quedar a la deriva en medio del Pacífico.
El 1 de marzo, estando a la deriva, en la amanecida de una neblinosa mañana, los alemanes divisaron la silueta de un crucero inglés, que a su vez los divisó navegando a baja velocidad. Lüdecke contaba con pasar por un crucero chileno, ya que había sido repintado en un color más oscuro, semejante a los de la Armada de Chile. Pero los ingleses reconocieron al SMS Dresden e informaron por TSH a sus pares, siguiéndole bajo el horizonte.

Isla Juan Fernández.

Con sus reservas de carbón alarmantemente bajas, el crucero buscó abastecimiento el 2 de marzo en puerto chileno, en la bahía Cumberland en la isla de Más Adentro, actual Archipiélago Juan Fernández. La idea de Lüdecke era abastecer el navío para emprender definitivamente la navegación hacia Oceanía para encontrarse con su gemelo SMS Emden.
Hundimiento.
La gobernación chilena sólo ofreció 72 horas de reparación con sus propios medios o internación. Estando en estos trámites, una fuerza inglesa compuesta por los cruceros HMS Kent, HMS Orama y HMS Glasgow lo sorprendió fondeado, el 14 de marzo de 1915.
Lüdecke, imposibilitado de escapar o hacer frente, e intentando ganar tiempo para preparar la nave para su hundimiento, hizo subir bandera de parlamento, y envió al oficial Canaris al HMS Glasgow a parlamentar, pero los ingleses lo ignoraron y comenzaron a disparar. El Dresden hizo algunos disparos, pero una batería de popa fue alcanzada muriendo siete tripulantes. El capitán Lüdecke ordenó desembarcar la tripulación y preparar el hundimiento de su nave: Algunos miembros de la tripulación hicieron explotar la santabárbara de proa y abrieron las válvulas de fondo, para luego lanzarse a nado para alcanzar la orilla mientras el crucero imperial comenzaba a hundirse a las 11:35.
Los heridos más graves fueron atendidos por los mismos ingleses y trasladados a Valparaíso en el transporte Orama. Más tarde el crucero chileno Esmeralda se presentó y trasladó a los restantes marinos a Concepción.
La tripulación fue internada en la isla Quiriquina (Talcahuano, Chile) por el resto de la guerra. Tan sólo tres integrantes se fugaron, entre ellos el Teniente de Navío Wilhelm Canaris, futuro jefe de la Abwehr en el período nazi. El resto decidió unirse a la comunidad alemana residente en Chile.



Un Último Testimonio.


A los 17 años vio el hundimiento del Dresden.
En Junio de 1994 en la ciudad de Valparaíso, se logró mantener contacto con la única habitante de la Isla, existente, que vivió el drama del “Dresden”. Su nombre: Ana Julia Torrejón Cáceres, nació en la Isla el 27 de Septiembre de 1898, de padres colonos. Su mente clara y físico bien conservado, permiten dar crédito a sus palabras que se van hilando perfectamente a sus recuerdos. Su testimonio es el siguiente:
“En el año 1914, al empezar la guerra, fondeaban buques ingleses o alemanes en la isla. A mi padre le compraban carne, pero se abastecían de agua en especial. Un día llegó el Dresden ( 9 de marzo de 1915) y entró en bahía Cumberland. Todos temían que llegaran los ingleses mientras mantenían conversaciones con la autoridad marítima señor Natalio Sánchez. Un día Sábado mandaron a decir que se reuniera la juventud y quienes desearan escuchar a los músicos, porque bajaría la banda del buque. Tocaron piezas muy hermosas…”
“Me parece que fue justamente al otro día, que yo me levanté muy temprano y vi en la bahía, lanchas que iban y venían. Me había subido a un saco de papas para poder ver mejor al Dresden, cuando divisé los buques ingleses que por un lado y otro lo bloqueaban. De repente vi salir de ellos unas luces y luego sentí los cañonazos. La primera bala le dio al Dresden en lo alto. Saltaron unos hombres. Luego el agua se vio blanca con los disparos. Continué mirando porque nuestra casa se encontraba en lo alto y la rodeaba un higeral inmenso en el cual se incrustó un proyectil, como también sucedió en otros lugares de la Isla”.
“De repente del Dresden pareció salir humo negro y azul y empezó a hundirse lentamente. Antes, los marinos habían ganado tierra como pudieron, en botes, a nado o como fuera. Cuando el agua cubrió totalmente el buque, sus hombres desde la playa gritaron “¡Hurra!” varias veces… Estos marinos estaban casi desnudos, mi papá les dio albergue y cuidó de algunos alemanes y al resto, los colonos les arreglaron carpas y los alimentaron”.
Doña Ana Julia Torrejón formó su familia al casarse con Don Guillermo Kötzing Hinz, uno de los tantos extranjeros que han pasado por la histórica Isla de Robinson Crusoe.
En este breve combate, perecieron nueve marinos alemanes, siete de los cuales descansan en el cementerio de la isla, en una tumba que mantiene y cuida la armada de Chile y es muy visitada por los turistas. El Dresden se encuentra actualmente a una profundidad de 78 metros y a 500 metros de la playa de bahía Cumberland.
El Dresden en la actualidad.
Hoy El Dresden es hoy una atracción para buzos profesionales debido a la claridad del agua en ciertas épocas del año, y se conserva aún en relativo buen estado, en el fondo del puerto de la isla a unos 70 m de profundidad y a 516 m del embarcadero. Muchas piezas de vajilla han sido extraidas por buzos lugareños.
En febrero de 2006 fue rescatada la campana de cobre de 155 kg del crucero por un grupo de arqueólogos. Se exhibió durante un año en el Museo Naval y Marítimo de Valparaíso en Chile antes de ser prestada a Alemania por las autoridades chilenas, por un período de cinco años, en muestra de las buenas relaciones institucionales. Actualmente se encuentra en la ciudad de Kiel.
Fuente: Diario El Llanquihue 21 de abril de 2002
Autor principal Juan Carlos Velásquez, Profesor de Historia.
Otras fuentes fueron www.nuestro.cl y http://base.mforos.com/
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HUNDIMIENTO DEL DRESDEN



Sorprendido e indefenso por tres unidades navales inglesas, el crucero Alemán fue cañoneado y hundido frente a las costas de Juan Fernández.
A las ocho de la mañana del Domingo 14 de Marzo de 1915, una silueta negra nacida en el este, se posó sobre las quietas y azules aguas de la bahía de Cumberland de la Isla de Más a Tierra.
Su aparición causó estupor entre los tripulantes del Dresden , que seis días antes había recalado en las costas del Archipiélago Juan Fernández, con la intención de reabastecer sus bodegas con víveres y carbón, y reparar sus deterioradas máquinas.




El comandante del crucero alemán, Capitán de Navío Carl V. Lüdecke, frunció el ceño y no pronunció palabras. Después de ocho cansadores meses de persecución, los buques de la escuadra inglesa habían logrado descubrirlo.
Pronto, la amenazante sombra negra que de improviso invadió la rada se dividió en tres.
Al verlas, Lüdecke comprendió que era inútil presentar combate en esas condiciones. Las calderas de su buque no podían ser alimentados con presión. Estaba atrapado, inmóvil y a merced del enemigo.
Dándose cuenta del peligro que corrían los hombres, el comandante ordenó izar la bandera de parlamento en el palo de mesana, bajo la enseña del Kaiser Guillermo II. Si podía evitar la inútil pérdida de vidas, lo haría.
Viendo que las unidades inglesas no estaban dispuestas a sostener diálogo por encontrarse en mar neutral, Lüdecke le pidió a su gente que se formara en cubierta para efectuar un ordenado abandono del Dresden, y que se dirigiera en botes hacia la Isla de Más a Tierra (Nombre de la época de la actual Isla Robinson Crusoe).




Acto seguido requirió a algunos oficiales y marineros para que se apostaran en los cañones alineados a babor y dispararan con ellos al enemigo, con el fin de cubrir la retirada de sus compañeros. Luego, si todo salía bien, debían hacer explotar los polvorines del buque, para que este se fuera a pique y evitar, así, que sus adversarios se apropiaran de él.
No fue necesario. La primera andanada vino del este, desde el punto en que apareció la primera silueta . A 3 mil 500 metros el acorazado “Kent” escupió fuego, dañando seriamente la cubierta del Dresden.
Este respondió efectuando sólo tres disparos. Por un momento resplandeció sobre el agua, y ya no lo hizo nunca más.
Del oeste, a similar distancia, le contestaron el acorazado “Glasgow” y el transporte “Orama”. Sus descargas perforaron sin piedad el casco del buque alemán, matando a ocho tripulantes y a un guardiamarina.
En medio de ese torbellino, Lûdecke despachó un falucho en dirección al “Glasgow”. Su ayudante Wilhem Canaris, iba a bordo de éste con la misión de conseguir tregua.




A 30 metros del acorazado inglés, un oficial de su dotación lo conminó a detener la embarcación.
"Tengo órdenes de mi comandante de deciros que el "Dresden" tiene averías y se encuentra en aguas territoriales chilenas", habló el edecán.
La respuesta inglesa fue lapidaria : "Lo de las aguas territoriales no nos incumbe. La situación será arreglada por la diplomacia. Decid a vuestro comandante que si el crucero no se rinde, lo hundiremos a cañonazos"
La pequeña lancha regresó sin contratiempos, mientras en la cubierta del Dresden, los marineros alemanes lanzaban ¡Hurra! Al cielo, para saludar al Kaiser y despedir así a la Nave, antes de abandonarla.
Unos 55 tripulantes ganaron la playa, muchos de ellos heridos de gravedad. El último en abandonarla fue el Comandante Lûdecke, que junto con algunos de sus más cercanos oficiales permaneció unos segundos más en el buque, para preparar el estallido de los polvorines.
Al cabo de un rato, una gigantesca explosión estremeció al Dresden, que comenzó a incendiarse en medio de fuertes convulsiones.
El "Kent", el "Glasgow" y el "Orama", presagiando el desenlace volvieron a escupir fuego sobre él.

Cinco minutos más tarde, el último de los navíos de la escuadra del almirante Von Spee desapareció bajo el mar del archipiélago.
En un gesto hidalgo, los oficiales del transporte "Orama" ofrecieron llevar hasta Valparaíso a los marineros del Dresden que resultaron heridos. Dos días después, 15 de ellos ingresaron al hospital alemán de ese puerto para ser atendidos de sus lesiones.
Los sobrevivientes, en tanto, fueron enviados a la isla Quiriquina, donde permanecieron recluidos hasta el término de la guerra
Extraído del Diario "El Mercurio" de Valparaíso de fecha Domingo 6 de Julio de 1997.- Periodista: Gonzalo Battocchio G.-

Un Último Testimonio

A los 17 años vio el hundimiento del Dresden.
En Junio de 1994 en la ciudad de Valparaíso, se logró mantener contacto con la única habitante de la Isla, existente, que vivió el drama del "Dresden". Su nombre: Ana Julia Torrejón Cáceres, nació en la Isla el 27 de Septiembre de 1898, de padres colonos. Su mente clara y físico bien conservado, permiten dar crédito a sus palabras que se van hilando perfectamente a sus recuerdos. Su testimonio es el siguiente:
"En el año 1914, al empezar la guerra, fondeaban buques ingleses o alemanes en la isla. A mi padre le compraban carne, pero se abastecían de agua en especial. Un día llegó el Dresden ( 9 de marzo de 1915) y entró en bahía Cumberland. Todos temían que llegaran los ingleses mientras mantenían conversaciones con la autoridad marítima señor Natalio Sánchez. Un día Sábado mandaron a decir que se reuniera la juventud y quienes desearan escuchar a los músicos, porque bajaría la banda del buque. Tocaron piezas muy hermosas..."




"Me parece que fue justamente al otro día, que yo me levanté muy temprano y vi en la bahía, lanchas que iban y venían. Me había subido a un saco de papas para poder ver mejor al Dresden, cuando divisé los buques ingleses que por un lado y otro lo bloqueaban. De repente vi salir de ellos unas luces y luego sentí los cañonazos. La primera bala le dio al Dresden en lo alto. Saltaron unos hombres. Luego el agua se vio blanca con los disparos. Continué mirando porque nuestra casa se encontraba en lo alto y la rodeaba un higeral inmenso en el cual se incrustó un proyectil, como también sucedió en otros lugares de la Isla".
"De repente del Dresden pareció salir humo negro y azul y empezó a hundirse lentamente. Antes, los marinos habían ganado tierra como pudieron, en botes, a nado o como fuera. Cuando el agua cubrió totalmente el buque, sus hombres desde la playa gritaron "¡Hurra!" varias veces... Estos marinos estaban casi desnudos, mi papá les dio albergue y cuidó de algunos alemanes y al resto, los colonos les arreglaron carpas y los alimentaron".
Doña Ana Julia Torrejón formó su familia al casarse con Don Guillermo Kötzing Hinz, uno de los tantos extranjeros que han pasado por la histórica Isla de Robinson Crusoe.
En este breve combate, perecieron nueve marinos alemanes, siete de los cuales descansan en el cementerio de la isla, en una tumba que mantiene y cuida la armada de Chile y es muy visitada por los turistas. El Dresden se encuentra actualmente a una profundidad de 78 metros y a 500 metros de la playa de bahía Cumberland.

Marcelo Hidalgo Sheers
mhidalgov8@hotmail.com
fono:98844733
Escribiendo desde Talcahuano
13/Mar/2007

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Postales Bicentenario: El Hundimiento del Dresden


Las postales Bicentenario son un aporte de Fundación Futuro, en conjunto con Chilevisión. Son 200 microespacios que relatan los principales capitulos de nuestro país.
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melisa: con un grupo de amigos visitamos la Isla de Juan Fernández en los años 70´s, de este viaje un relato del Diario de Viaje de Pola Provoste que escribimos en conjunto y se refiere a este tema.

....Llegaron el Tío Raúl y Tabo

Bien...como a las 16:30 horas fuimos al muelle a esperar la lancha en la cual llegaban Tío Raúl y Tabo, pues sabíamos que habían llegado porque preguntamos por Radio. Como a las 5 de la tarde llegó la lancha con nuestros pasajeros, nos vinimos enseguida a la Escuela porque nuestros “niños” estaban sin almuerzo.

Después que almorzaron y nosotras tomamos onces, Gloria de Rodt nos llevó donde su madrina porque uno de los hijos de la señora que a veces tiene para vender, pequeños objetos de “chonta”, (este es un árbol autóctono de estas tierras, que tiene la forma de una palmera, pero su madera es muy bonita), el cual para felicidad de nosotros, tenía, así que le compramos collares hippies y palillos hechos con esta madera,




El Cementerio
Pequeño y pintoresco cementerio ubicado en el extremo norte del poblado en el cual se pueden encontrar tumbas de algunos marinos del Dresden y del colonizador Barón Alfredo de Rodt.

Después nos llevó al Cementerio, Mireya decía que primera vez que a las 9:30 de la noche estaba en un cementerio, en él se encuentra un Mausoleo en recuerdo de los hombres que murieron en el “Dresden”. Según nos contaban, este barco alemán se había salvado milagrosamente de un bombardeo y había llegado a esta bahía, pero por no tener carbón no podía zarpar de aquí, cuando por fin habían conseguido calentar las calderas, llegó un barco inglés y comenzó a bombardearlo. El delegado tomó una lancha tratando de hacer respetar que este era un lugar neutral, pero tuvo que devolverse porque casi lo matan. El capitán del Dresden al ver que no podía hacer nada le gritó a su tripulación que trataran de salvarse y hundió el barco.

Después de este recorrido, nos vinimos a casa, cenamos algo y ...¡Listo! ...¡A dormir! ...

...
Nuestros amigos isleños nos enseñaron esta canción que registramos en nuestro diario, la escribió el profesor de la escuela que nos dio albergue en recuerdo del Hundimiento del Dresden, episodio ocurrido el 14 de Marzo de 1915, durante la Primera Guerra Mundial.



ES INÚTIL OLVIDAR.

¡Es inútil olvidar!
¡Es inútil olvidar!
Ese día 14 de Marzo,
cuando vino el combate naval.

A las 8 de la mañana,
asomaron los buques ingleses.
Era el Glasgow, el Kent y el Orama,
que venían en busca de su fama.

Juan Fernández tú fuiste testigo
de ese heroico crucero alemán,
esa nave que estaba fondeada
que se hundió con su bandera izada.

¡Es inútil olvidar!
¡Es inútil olvidar!
Ese día 14 de marzo,
cuando vino el combate naval.

Los ingleses rompieron el fuego,
con su grande y pesada granada.
A esa nave que estaba fondeada
que se hundió con su bandera izada.

El Verdadero Tesoro de Robinson Crusoe
GALERÍA DE FOTOS

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Comments:
"Señales del Dresden", de Uqbar Editores, es una novela que narra esta historia.

http://www.uqbareditores.cl/index.php?s=catalogo&id=528
 
Encontré esto sobre lo mismo. Muy bonito.

https://vimeo.com/170956228
 
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