Sunday, June 21, 2009

 

A 25 años de "Los Títeres"

viernes 19 de junio de 2009

La mejor historia jamás contada

¿Qué hace que una teleserie sea inmortal?. Quizás el que con la excusa de hablar del amor hable de justicia. O venganza. "Los Títeres", de Sergio Vodanovic, cumple 25 años. Y no se va a extinguir nunca.

Francisco Aravena F.
Cuando dieron "Los títeres"-el primer semestre de 1984- yo todavía no cumplía 9 años, y como muchos de mis contemporáneos crecí recordándola más que ninguna otra. Estoy convencido de que la principal razón tiene que ver con lo indeleble de los sentimientos negativos: Adriana Godán fue la primera persona que realmente odié en TV. La crueldad y las humillaciones de los amigos de la plaza hacia Artemisa eran material de pesadilla. Cuando ella volvía a Chile tras veinte años a enfrentar a sus enemigos, su venganza era la de todos nosotros. A mí, por lo menos, no me interesaba verla ser feliz, sólo quería que dejara a Adriana destrozada. Y cuando ésta terminó completamente insana metiéndose a la piscina rodeada de sus muñecas, entendí que la locura era mejor venganza que la muerte.

El regreso, la venganza, la revancha disfrazada de justicia es un motor dramático tan clásico como efectivo, y el dramaturgo Sergio Vodanovic (entre cuyas referencias estaba "La visita de la vieja dama", de Friedrich Dürrenmatt) supo ponerlo no sólo al servicio de su primera teleserie, sino al centro de la historia. "Los Títeres" supuestamente era, como todas, la historia de una heroína que buscaba ser feliz. Pero en realidad era una cadena de desilusiones y frustraciones y una permanente búsqueda de una venganza postergada.

Viéndola hoy -y excusando algunos diálogos cursis y un final pasado a catequesis-, uno puede conjeturar varias lecturas, desde personales a políticas. Si eran o no la intención de Vodanovic -quien falleció en 2001- es secundario: lo importante es que el material las hace posibles.

"Los Títeres" era una constante desilusión con el Chile moderno. Una y otra vez sus protagonistas llegaban -geográfica o temporalmente- a un país que destrozaba sus expectativas. En el primer capítulo (que, como los primeros doce, transcurre en 1963) fue Constantino Mikonos (Walter Kliche), el buscador La mejor historia jamás contada ¿Qué hace que una teleserie sea inmortal? Quizás el que con la excusa de hablar del amor hable de justicia. O venganza. "Los Títeres", de Sergio Vodanovic, cumple 25 años. Y no se va a extinguir nunca. Por Francisco Aravena F. con su mujer a la selva ecuatoriana y que volvía a Valparaíso viudo, con su única hija, Artemisa (Claudia Di Girólamo) y la convicción de que el oro que traía no había valido el sacrificio. Antes de poner un pie en Chile, Artemisa (que inexplicablemente tenía acento chileno) le hizo la promesa que marcaría su búsqueda durante la teleserie: "Aquí voy a ser feliz".

Pero el país era distinto y eso lo dejaba claro su anfitrión chileno: el industrial Elías Godán (Aníbal Reyna), un pariente político con el colmillo largo por los dorados ahorros de Constantino. Cuando Constantino elogió su casa, Elías las cantó claras. "Aquí hay más deudas que dinero. Ese es el gran negocio de este país; endeudarse". Cierto, la acción transcurría en 1963, pero Vodanovic lo estaba escribiendo en 1984. Chile era otro: materialista, desconfiado, salvaje.

Otros personajes vivirían trayectos como ese: el retorno, la desilusión, la resignación. En cierta forma, en 1984, Vodanovic había escrito la primera telenovela sobre el exilio.

"YO SOY LA JUSTICIA".

Humillada y destrozada por la muerte de su padre, Artemisa escapa a Ecuador, donde pasa 20 años en los que se convierte en una exitosa empresaria pero también en una bomba de tiempo emocional, una mujer para quien es imposible amar. Cuando vuelve a Chile a enfrentar a sus fantasmas lo hace sin jurar venganza, y por un momento cree cerrar la herida al emparejarse con su amor de juventud, Néstor Vera (Mauricio Pesutic). Pero Adriana sigue siendo Adriana (aunque en realidad es otra, Gloria Münchmeyer) y sus maquinaciones la hacen concluir que ni el perdón ni la justicia son posibles: sólo la venganza la dejará tranquila. "Yo soy la justicia", le dice al bueno de Hugo (Cristián Campos), el médico con conciencia social que se enamora de ella. "Ya puse la otra mejilla ¿Cuántas mejillas crees que tengo?".

En esos 20 años los jovencitos del grupo han sufrido sus propias desilusiones. Néstor quería ser un escritor y lo vemos convertido en un reportero amargado ("¿Qué me pasó?", dice desesperado. "Me pasmé"). Félix Muller quería ser cineasta y ahora saca fotos carné. Raúl disfruta del estatus de ser el marido de Adriana, pero sufre la humillación de no ser más que eso. Y ojo con Bruno (Roberto Poblete), el promisorio orador que en 1963 anunciaba a sus amigos que iniciaba su carrera política como candidato a regidor. "Después seré diputado, después senador", prometía. "¿Presidente de la República? ¿Y por qué no?". Iluso. Cesante, Bruno debe asumir las labores de la casa luego de que su mujer, renuncia a ser dueña de casa y sale a trabajar (aquí las riendas siempre la llevan las mujeres).

Los muchachos de la plaza del 63 son una generación perdida el 84. Todos dependen, directa o indirectamene, de la poderosa Adriana (todos son sus títeres), y sus hijos los juzgan con dureza. Sólo una Artemisa decidida a vengarse puede cambiar el destino. Pero ella duda constantemente.

Cuando finalmente logra ejecutar su plan, desenmascarando a Adriana y quitándole su industria, Artemisa no es feliz. Ha perdido su razón de ser. "Lo que siempre se ha buscado no debiera hallarse nunca", le dice Néstor citando a Neruda. "Es duro", confirma ella. Claro, al final se enamora de Hugo y pronto se casarán. "A mí me encantaría hacer una telenovela en que la protagonista al final no se casara, que fuera feliz soltera", comentó Vodanovic en julio de 1984, "pero me dijeron (en el canal) que eso era imposible". Vodanovic le restaba dramatismo: "Estoy en Chile en 1984 y no me cabe a mí cambiar las reglas del juego", dijo. Sólo podemos soñar con qué habría hecho Vodanovic 25 años más tarde. "Entendámonos, esta es una telenovela, no es tan importante", agregó. "Al día siguiente todos se van a olvidar".
Francisco Aravena F..


LOS TÍTERES

Opening de esta antigua teleserie de Canal 13
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MAGAZINE

¿Superará el final de "Elisa" al de "Los Títeres"?

El aparente trágico final de la serie nocturna de TVN, ¿será mejor que el de emblemáticas teleseries chilenas?

Tres expertos opinan ante el fanatismo que genera la niña más famosa de la TV.Leonardo Núñez, El Mercurio Online Miércoles 10 de Junio de 2009 09:34


La trastornada Adriana Godán (Gloria Munchmayer) peina la muñeca en la piscina, en el final de Los Títeres.

Según los críticos, la mejor teleserie chilena tiene uno de los desenlaces más recordados de los 80.
Foto: El Mercurio

SANTIAGO.- El fanatismo que genera "¿Dónde está Elisa?" ha provocado varios fenómenos: disparó el rating de TVN, alicaído por el reality "1810"; hizo famosa a una actriz desconocida que apenas aparece en pantalla (Monserrat Prat, la niña perdida); y abrió el debate en torno a la serie, donde ya se especula con el final de la trama, el cual resultaría trágico para varios de sus protagonistas (si quieres saber qué podría pasar, vea el recuadro de al lado).

Y aunque aún faltan varias semanas para saber "¿dónde está Elisa?", tres críticos de televisión, conscientes del culto que genera la serie, aceptaron elaborar un ranking con los mejores finales de las teleseries chilenas.

¿Qué lugar ocupará "Elisa" entre ellas? No se sabe, pero parece que será difícil que le quite el sitial, de acuerdo a los expertos, que ostentan "Los Títeres" o "La Madrastra". Este es su ranking de los mejores finales.

CLAUDIA GUZMÁN (COLUMNISTA DE "EL MERCURIO").

"Angel malo": En esa época no existían la globalización. Aunque en Brasil el final de "Anjo mau", historia original de Cassiano Gabus Mendes, ya había sido emitida diez años antes en Brasil, en Chile nadie sabía ni filtraba lo que iba a suceder con Nice. Su muerte en el parto fue la mezcla justa de sorpresa y dramatismo, con una pizca de justicia superior. De ahí en adelante ninguna otra teleserie la logró. Ni siquiera la triste cita que décadas después hizo "Los Pincheira" con la muerte de Matilde (Tamara Acosta).

"Te conté": En los años de auge de la Teletón, justo cuando el país entraba en etapa de reconciliación, la historia del ciego interpretado por Bastián Bodenhofer debía tener un final rehabilitador, esperanzador y feliz. Pero no fue así. Gracias a esa cuota de cruel realismo esta historia de 1990 se gana un sitial.

"Los títeres": La escena de locura ideada por Sergio Vodanovic para el final de Adriana Godán (Gloria Munchmayer) es una lograda cita al delirio de la sanguinaria Lady Macbeth. Escalofriante a más no poder.

"Pampa ilusión": La soledad de los tiranos fue uno de los motivos siempre presentes en esta sugerente historia de Víctor Carrasco, plagada de crítica histórica y social. Ver a William Clark (un magistral Héctor Noguera) totalmente abandonado e inválido, luchando a gritos por mantener un enclave de poder tan decrépito como él, fue el mejor castigo que pudo recibir de su familia y de los obreros de salitrera que durante años trabajaron para él. Justicia humana, nomás.

"El Señor de la querencia": Destaca por la coherencia dramática del personaje central, notablemente interpretado por Julio Milostich. José Luis Echenique nunca dio su brazo a torcer y murió en su propia ley. Hay casos donde no se admite la -a veces- complaciente redención.

FRANCISCO ARAVENA (WIKÉN)

El crítico de Wikén cree que si este ranking es a propósito de "Elisa", es de rigor reconocer la influencia de "La madrastra" en ella y su capítulo final donde se revela "quién mató a Patricia".

"Contiene el elemento de tensión", dice Aravena, "la pregunta que sólo será revelada al final (qué pasó con Elisa y quién fue). La fórmula (una pregunta, un misterio que domina la línea central de la narración) es el abc de las teleseries y fue reproducida en varias producciones, como 'La última cruz' y 'Secreto de familia'".

Sin embargo, para él los mejores finales de teleseries lo encabezan "Los Títeres" y "Te Conté". Aquí, sus razones.

"Los Títeres": La mejor teleserie chilena de todos los tiempos tiene un final potente, valiente, violento y perturbador que creo que trasciende su época de emisión (y eso en gran parte lo convierte en un gran episodio final). Artemisa ha logrado cumplir su venganza y retomar lo que le pertenecía: las empresas que Adriana Godán y su padre, Elías, le arrebataron a su padre, Constantino.

Elías está tetrapléjico y postrado desde su silla mira destrozado como su hija, Adriana, la mujer que se había pasado la vida tratando de demostrarle que era más fuerte, eficiente y capaz que el hijo que Elías nunca tuvo, ha perdido no sólo su poder y sus empresas: ha perdido también el juicio.

Adriana se mete a la piscina rodeada de muñecas, les habla, las peina (entiendo que de ahí sale el "peinar la muñeca"), la cámara enfoca brevemente los ojos llorosos del impotente Elías y la toma siguiente parte desde Adriana con el agua a la cintura y se va alejando para mostrarla en toda su soledad y locura.

Sergio Vodanovic escribió una contundente metáfora sobre el retorno del exilio y la pérdida del alma en un Chile enamorado de la perspectiva de una prosperidad económica. El final tampoco ofrece concesiones: es duro con los villanos, pero estos no terminan muertos ni en la cárcel: terminan hundidos en su propia piscina, rodeados de envases de personas sin alma (las muñecas) o paralizados ante una justicia que tardó y llegó a un precio que hasta para los vencedores fue alto. Una joya.

"Te conté": Una teleserie menor que podría haber sido condenada a la intrascendencia de no ser por la actuación de Bastian Bodenhoffer como Leo, el pícaro ciego de la pensión de doña Pola, y Carolina Arregui como Gianna, la hija de la italiana que pasa del antagonismo al amor incondicional. El final de la teleserie es inolvidable porque pasa todo lo contrario de lo que pasa -y sobre todo, que pasaba- en las teleseries: el ciego se opera después de mucho resistirse, el doctor (José Secall) le saca las vendas de los ojos y Leo no ve. El ciego sigue ciego, grita y llora desesperado y Gianna, dura, le dice que no va a llorar y que van a ser felices así como son. El mundo real donde los ciegos no ven mezclado con el mundo de teleseries donde el amor de la mujer es incondicional. Al final los dos van de paseo a la playa, Leo saca la cabeza por la ventana y de fondo suena Pat Metheney con Pedro Aznar. Eso sí que es sofisticado.

MARCELO CONTRERAS

Este crítico de varios medios especializados, señala que dos de los finales de teleseries que retiene en su memoria tienen un factor común: el actor Luis Alarcón.

"El primero es el de 'La represa' y la inolvidable desbarrancada del jeep que conducía el malvado Betancourt, el malo-malo que hacía sufrir a Fedora Kliwadenko. Un canalla que pagaba por sus bajezas, en época de canallas impunes', dice.

"El siguiente es el de 'Marta a las Ocho'. Recuerdo que Marta (Sonia Viveros) había sufrido toda la teleserie porque su pareja René (Luis Alarcón) siempre andaba de viaje metido en negocios turbios. Aparecía, se quedaba un rato, le hacía promesas de una vida normal, y desaparecía. Al final, René más encima muere y deja a Marta destrozada'.

"Otro capítulo final que me encantó fue el paseo como fantasma que daba Lucy Salgado en 'La Torre 10',recorriendo su departamento. Su personaje había muerto y se convertía en un espectro", finaliza Contreras.

Un triste final para Elisa

En el sitio fotech.cl, el cual acertó con el fin de "Alguien te mira", aseguran saber qué ocurrirá y por qué con "¿Dónde está Elisa?". Si no quiere saber, no siga leyendo.

El popular forista llamado "Tentador", asegura que el guionista Pablo Illanes se basó en la teleserie "Champaña", de Canal 13, para escribir "su Elisa".

"Esta vez, aparte del caso Matute y McCain, su referencia es la teleserie de Canal 13, donde una angelical joven de dieciocho años, Sara (Andrea Freund), fue encontrada muerta y presuntamente violada en su auto durante su fiesta de cumpleaños", dice "Tentador".

"Al final, ella era la amante de Bruno (Fernando Kliche) y la esposa de éste era Verónica (Amparo Noguera), quien al descubrir el engaño decide matarla. Ahora saquen ustedes mismos sus propias conclusiones", finaliza.

Sobre Elisa, agrega: "La audiencia sabrá en la mitad de la teleserie donde está la joven desaparecida, tal como ocurrió en ‘Alguien Te Mira’, donde el público fue cómplice de Julián García desde ese momento. Elisa está con Bruno (Francisco Reyes) y eso lo sabremos a mitad de la teleserie".

Y remata "Tentador": "Pero al final lo sabrá Consuelo (Volpato), su esposa, quien puede engañar, pero enloquece cuando la engañan. Por eso, matará a su sobrina". ¿Será verdad? TVN no se pronuncia sobre trascendidos, dicen en el canal estatal.



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