Sunday, March 22, 2009

 

Iglesia de "La Viñita" - Doña Inés de Suárez

domingo 22 de marzo de 2009
Edición online El Mercurio Emol


ARTES Y LETRAS


HISTORIA Los desconocidos antecedentes de la iglesia de "La Viñita":
Inés de Suárez y los avatares del primer templo de Chile

Uno de los más antiguos enclaves religiosos de Santiago fue la ermita de Montserrat en el cerro Blanco, fundada por Inés de Suárez y que dio lugar a la iglesia de "La Viñita". Restaurar la histórica ermita sería un hermoso gesto con ocasión del Bicentenario.

ALEJANDRO CONCHA CRUZ



Hace más de cuatro siglos, Inés de Suárez fundó la ermita de Montserrat. Posiblemente -varias fuentes lo afirman- fue primer templo de Santiago, y por la importancia otorgada por doña Inés y por el propio conquistador estaba destinada a constituirse en una gran basílica. ¿Qué sucedió con este templo, convertido hoy en la modesta y hermosa iglesia de La Viñita, desconocida para la gran mayoría de santiaguinos, emplazada en Recoleta con Santos Dumont?

El campamento

En diciembre de 1540, las huestes de Pedro de Valdivia entran al valle del río Mapocho, por el Camino de Chile, o Camino del Inca, actual calle Independencia. En los dos meses que aproximadamente precedieron a la fundación de la primera ciudad chilena, los expedicionarios arman campamento en una explanada, entre los cerros San Cristóbal y Blanco.

El campamento en el sector de La Chimba, a todas luces no fue una simple parada, ni un campamento más. Hubo allí, sin lugar a dudas, una instancia de toma de decisiones importantes, como por ejemplo la fundación de una ciudad. Allí surgió también la decisión de doña Inés de fundar una ermita.

El lugar elegido constituía un espacio sagrado para los indígenas que allí moraban. Las fuentes nos hablan de rucas y tolderíos en sus faldas, y hasta la actualidad es posible apreciar en su ladera norte una serie de "piedras tacitas", horadaciones a la roca con fines rituales o utilitarios muy comunes en los pueblos originarios. La construcción primitiva era muy precaria. Probablemente de paja, barro y madera. Una vez sentadas las bases de la ciudad, doña Inés mandó realizar una construcción más sólida de piedra, en la cima del cerro.

"Primera dama" colonial



Inés de Suárez (más correcto sería decir Inés Suárez), constituye una figura que nuestra historia, voluntaria o involuntariamente, no ha valorado lo suficiente. Ningún hecho marcó en Chile la conmemoración de los 500 años de su nacimiento, salvo la publicación de la novela de Isabel Allende, "Inés del alma mía". En España, en cambio, la celebración que tuvo lugar en Plasencia, su lugar natal, contó con una serie de actos, entre ellos la presentación de una investigación de tres años del escritor Jesús Vicente Cano.

La figura de doña Inés, una de las primeras mujeres llegadas a América, está ligada estrechamente a la fundación de Chile, no solamente por su relación con Valdivia, sino en su papel de mujer con una fuerte personalidad. Inés de Suárez había aprendido a leer bajo la guía del obispo González, y se convirtió en catequista de los indígenas que habitaban las inmediaciones de La Chimba. Tuvo una destacada participación en la defensa de la naciente ciudad cuando fue quemada, salvando las vituallas, que permitieron a los conquistadores sobrevivir durante los meses siguientes.

Doña Inés tuvo un peso importante en gran parte de las decisiones del conquistador, como algunos de sus pocos detractores lo sostuvieron en el juicio que se llevó a cabo en Perú, del cual Valdivia salió libre de culpa, pero que le significó la separación de la mujer que le había servido durante una década. Más tarde se convirtió en la esposa de Rodrigo Quiroga, quien asumió el mando de Santiago como capitán general y justicia mayor a la muerte de Valdivia, y posteriormente el cargo de gobernador de Chile. En ese entonces, Inés pasó a ser una suerte de "primera dama colonial", que mereció el respeto de sus contemporáneos.

Chacra fértil

Una vez obtenido el título de gobernador interino, otorgado por el Cabildo de Santiago, Valdivia procedió al reparto de tierras, reservándose para sí aquel hermoso terreno, al norte del Mapocho, que estaría destinado a convertirse en una de las chacras más fértiles del siglo XVI. Este terreno, como consta en el documento que Justo Abel Rosales incluye en su obra "La Chimba Antigua", iba desde la ribera norte del río Mapocho, hacia el norte, hasta las tierras del Salto, propiedad de Rodrigo de Araya; y desde la Cañadilla o Camino de Chile, hasta el cerro San Cristóbal, por el este. Allí, a un costado del Cerro Blanco, Valdivia construyó su casa, según afirma Rosales, hogar que habría compartido con Inés de Suárez.

El año 1550, antes de partir al sur, el gobernador hizo donación de sus tierras a doña Inés para los efectos de la manutención de la ermita de Montserrat. Más adelante, Doña Inés, ya convertida en esposa de Rodrigo de Quiroga, hizo instituir una capellanía, que fue entregada a los padres dominicos a quienes pedían rezar "por la conversión de los naturales de esta tierra y por el ánima del dicho gobernador don Pedro de Valdivia y por las de sus padres y abuelos y de sus hijos y descendientes y por los demás conquistadores de esta tierra, una misa rezada dicha de tres a tres viernes", según Rosales.

El paso de los siglos

La primera construcción de la ermita fue hecha entre los años 1545 y 1547, según las cuentas del padre Carlos Emilio León, capellán de La Viñita allá por el año 1889 y autor del libro "Recuerdos y tradiciones de la Ermita de Monserrat".

Como en esos años aún no estaba concluida la Iglesia parroquial de Santiago, la ermita de Montserrat seguramente constituyó la primera construcción religiosa realizada en el país.

Con el paso de los años, la estructura precaria y las dificultades que implicaba su emplazamiento motivó su traslado a los pies del cerro hacia fines del siglo XVI. Allí se construyó un nuevo santuario, que constaba de una capilla de 20 varas y un pequeño claustro.

La construcción se mantuvo en pie hasta el devastador terremoto del 13 de mayo de 1647. Más tarde, los religiosos ordenan la construcción de una nueva capilla, bautizándola como del "Rosario de Montserrate" y fundan la Cofradía del Santo Rosario, la más antigua de Chile.

Durante todo el siglo XVIII, los administradores y capellanes del lugar desarrollaron una importante labor espiritual y material. El pago de Montserrat brindó abundantes frutos (había en su interior ricos huertos y una viña, de ahí el nombre que toma la iglesia), permitiendo preservar la capellanía. Los devotos fueron también aportando un caudal de valiosos regalos.

Muchos de esos tesoros fueron vendidos para la reedificación del templo. Otra parte fue desapareciendo. Entre los valiosos objetos perdidos para siempre figuran el brasero colonial de cobre, la reliquia de la gran cruz de cristal, el escaparate o armario de doña Inés y el arcón de alerce de don Rodrigo.

Época de cambios

La llegada del siglo XIX marcó una época de convulsiones y el comienzo de la declinación de la ermita de Montserrat. Durante los primeros años de la república, el monasterio de los dominicos experimentó una merma debido a la exclaustración de gran parte de los religiosos. La ermita no tuvo frailes que atendieran las necesidades espirituales y la manutención del terreno.

Frente a la inminente medida de confiscación por parte del gobierno de Freire, los dominicos decidieron vender las valiosas tierras del llano de Montserrat. En 1823, Pedro Nolasco León y Enrique Campino, compran el terreno en sesenta mil pesos. Queda en poder de los dominicos, la Iglesia de la Viña Vieja, el claustro y un terreno de unas diez cuadras.

El año 1824 salió el decreto de Freire que ordenaba la confiscación y asignaba un sueldo del Estado para el clero regular. El pequeño terreno de diez cuadras que habían conservado para sí los dominicos, pasa a poder del Estado, quedando reducida la Viña Vieja "a un pequeño patio de treinta varas más o menos, a unas cuantas piezas viejas de un centenar de años, i una pequeña capillita que el tiempo minaba por sus cimientos i la polilla comía sus maderas que se sostenía con puntales y amarras".

El predio fue rematado posteriormente por Ramón Allende, pasó por sucesivos dueños y finalmente fue subastado por la Casa de Orates. Cuenta el padre León que hacia 1830 el estado de la ermita era ruinoso, al punto que se hacía imperiosa su demolición y reconstrucción posterior. La cofradía del Rosario inició las gestiones para levantar un nuevo templo. La gran humedad del terreno motivó la decisión de no levantarla en el mismo sitio, sino en un terreno donado por don Pedro Nolasco León, uno de los compradores del predio a los dominicos. El emplazamiento corresponde al sitio actual de La Viñita.

La iglesia hoy



La primera piedra del templo actual fue colocada el 23 de noviembre de 1834, y en el "auto de erección" se establece que la futura iglesia será la continuación de la antigua ermita de Montserrat. El documento está firmado por el obispo Manuel Vicuña. Años más tarde la obra estaba concluida (participó el conocido arquitecto Eusebio Cheli) y el presbítero Miguel Astorga se convierte en su primer capellán. Es esta iglesia, declarada Monumento Nacional en 1990 -hoy muy bien mantenida por la fundación Paternitas- la que ha llegado hasta nuestros días después de una azarosa historia.

La cercanía del Bicentenario constituiría una hermosa ocasión para saldar una deuda histórica reconstruyendo la ermita en la cima del cerro Blanco, donde comenzó toda esta historia, guiada por la férrea voluntad de doña Inés de Suárez.

Leyenda milagrosa



La imagen de la Virgen de Montserrat, que preside la iglesia de La Viñita y tiene fama de milagrosa, fue hallada por un indígena de la chacra de Montserrat, allá por el año 1574, según dice la leyenda. El hombre, cansado tras buscar unas cabras por el cerro, se tendió a dormir. En medio del sueño se le apareció una señora que, tomándolo dulcemente de la mano, lo condujo a un sitio cercano. El indígena despertó sobresaltado, y luego de reponerse de la impresión, se dispuso a cortar leña. Fue entonces cuando encontró, esculpida en el tronco del árbol, el busto de la señora del sueño. Rápidamente sacó el tronco y se lo llevó al capellán, quien maravillado por el hallazgo mandó a darle una terminación más acabada a la escultura. Luego, a la imagen le fueron incorporados el cuerpo y el niño Jesús.

La historia parte con una ermita en el cerro Blanco y termina en "La Viñita".
Foto:YASNA KELLY

VER MAPA GOOGLE


Parroquia Virgen de Monserrat (Santiago de Chile)
Templo cristiano católico ubicado en la comuna de Recoleta. Está declarado monumento nacional y fue construída durante la colonia. Es popularmente conocida como Capilla "La Viñita".

www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=2201

Un libro sobre la heroína extremeña
Inés Suárez, la conquistadora de América


La conquista española de América fue una aventura portentosa que nunca hay que dejar de reivindicar. En esa historia aparecen episodios que deberían ser más conocidos: los vinculados a las mujeres que hicieron la conquista. Ahora ha aparecido un libro que habla sobre una de ellas: Inés Suárez, una placentina en Chile, escrito por Jesús Vicente Cano Montero y editado por el Ayuntamiento de Plasencia. La historia de esta extremeña, amante de Valdivia y mujer de armas tomar, es realmente impresionante.

José Javier Esparza

16 de mayo de 2008

J.J.E.

A Inés la llaman la conquistadora de Chile. Había nacido en Plasencia en 1507. Hija ilegítima, de familia muy pobre, se ganó la vida como costurera y, muy joven, se casó con un aventurero tan pobre como ella, Juan de Málaga, que partió hacia América con Pizarro en busca de mejor fortuna. Juan había prometido volver. Pero el tiempo pasaba y el marido no volvía. Así que Inés, después de diez años y de infinitas cartas sin respuesta, pidió licencia real y viajó a las Indias para buscar a Juan. Lo que encontró fue su tumba: había muerto en Perú, luchando como soldado de Pizarro. Inés se encontró en la otra esquina del mundo, sola y sin un real. Pero al fin y al cabo era viuda de soldado, así que las autoridades de Cuzco le concedieron una encomienda de indios y tierras cultivables. Así conoció al encomendero vecino: otro extremeño, Pedro de Valdivia, que había sido maestre de campo de Pizarro. Y se enamoraron. No sin escándalo de la ciudad, porque Valdivia estaba casado con un dama que aún seguía en España.

Poco después, a Valdivia se le presentó una oportunidad: encabezar una expedición a Chile, región donde, hasta el momento, los españoles habían sido siempre rechazados. Y hacia allá marcharon: 1.000 porteadores indígenas, sólo ocho soldados españoles, Valdivia y, por supuesto, Inés, que logró meterse en la expedición como criada de su amante, pese la oposición de Pizarro. Por el camino, la expedición se fue engrosando con otros españoles: unas docenas de conquistadores que decidieron dar el paso adelante. Inés no va de paquete: cura a los heridos, encuentra agua en parajes desérticos, actúa como informadora para su marido… La aventura tuvo éxito: tras diversos combates con los indígenas, en febrero de 1541 Valdivia funda la ciudad de Santiago. Pero como no podía estarse quieto, decide explorar más hacia el sur. Deja en Santiago a Inés con una pequeña guarnición de cincuenta hombres. Y entonces ocurre algo dramático: a las puertas del campamento se presentan 8.000 indios dispuestos a pasar a cuchillo a los españoles y recuperar a siete caciques indígenas que los españoles habían apresado. La batalla es terrible. ¿Y qué creerás que hizo Inés? Nos lo cuenta el gallego Pedro Mariño de Lobera, que estuvo allí:


“Como empezase a salir la aurora y anduviese la batalla muy sangrienta, comenzaron también los siete caciques que estaban presos a dar voces a los suyos para que los socorriesen. Oyó estas voces doña Inés Suárez y tomando una espada en las manos se fue determinadamente para ellos, y dijo a los dos hombres que los guardaban, llamados Francisco Rubio y Hernando de la Torre, que matasen a los caciques antes que fuesen socorridos de los suyos. Y diciéndole Hernando de la Torre, más cortado de terror que con bríos para cortar cabezas: ‘Señora, ¿de qué manera los tengo yo de matar?’, respondió ella: ‘Desta manera’. Y desenvainando la espada los mató a todos con tan varonil ánimo como si fuera un Roldán o un Cid (…) Habiendo, pues, esta señora quitado las vidas a los caciques, dijo a los dos soldados que los guardaban que, pues no habían sido ellos para otro tanto, hiciesen siquiera otra cosa, que era sacar los cuerpos muertos a la plaza para que, viéndolos así, los demás indios cobrasen temor de los españoles. Eso se puso luego en ejecución, saliendo los dos soldados a pelear en la batalla, la cual duró gran parte del día, corriendo siempre sangre por las heridas que se recibían de ambos bandos. Y fue cosa de grande maravilla el ver que tan pocos españoles pudiesen resistir tanto tiempo a tan excesivo número de bárbaros (…) Viendo doña Inés Suárez que el negocio iba de rota batida y se iba declarando la victoria por los indios, echó sobre sus hombros una cota de malla y desta manera salió a la plaza y se puso delante de todos los soldados, animándolos con palabras de tanta ponderación, que eran más de un valeroso capitán hecho a las armas que de una mujer ejercitada en su almohadilla”.

Los españoles ganaron aquella batalla. Inés se convirtió en un celebridad. Pero la celebridad puso fin también a su amor. El virrey, enterado del lío, obligó a Valdivia a renunciar a la mujer. Y así Inés, que ya iba rondando los 40 años, terminará casándose con Rodrigo de Quiroga, uno de los mejores capitanes del reino, que llegaría a ser gobernador de Chile. Inés y Rodrigo morirán juntos, muy ancianos, en 1580, después de largas décadas de vida discreta y piadosa. En cuanto a Valdivia, mandó traer a su esposa de España, pero nunca llegaría a verla. El conquistador murió en 1553 después de una tortura atroz: los indios mapuches se lo comieron vivo. (Extraído de José Javier Esparza: La gesta española, Áltera, Barcelona, 2008). ---

Esta es la versión en caché de http://centros1.pntic.mec.es/cp.ines.suarez/centenario.htm de Google. Se trata de una captura de pantalla de la página tal como esta se mostraba el 25 Ene 2009 01:49:29 GMT. Es posible que la página haya sufrido modificaciones durante este tiempo. Más información

Versión completa

Se han resaltado estos términos de búsqueda: jesús vicente cano

V CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE INÉS DE SUÁREZ

BIOGRAFÍA

ACTIVIDADES PREVISTAS:

Una entrevista, que no pudo ser:

Isabel Allende con motivo de la presentación del libro “Inés del alma mía” estuvo en Plasencia el día 19 de septiembre. En el Parador de nuestra ciudad dio una rueda de prensa y posteriormente, desde las 6 de la tarde hasta las 8, estuvo firmando ejemplares de su libro en la librería Quijote. A pesar de que intentamos que dedicara a cuatro de nuestros alumnos unos minutos para que la hicieran una preguntas sobre Inés de Suárez y la percepción que de la colonización y de los conquistadores se tiene en su país, la agenda prevista por la Editorial no permitió que se pudiera producir. Esta podría haber sido la fotografía si dicha entrevista se hubiera producido.

Con el embajador de Chile en su visita a Plasencia:

Durante la visita del embajador de Chile, Osvaldo Puccio, a Plasencia con motivo del 500 aniversario del nacimiento de la placentina Inés de Suárez (o Inés Suárez que, según los expertos en estos temas de historia, debe ser más correcto), explicó a los alumnos de 6º curso de Primaria de nuestro colegio, a los que hizo un breve hueco en su agenda, que este aniversario, ha sido la excusa para estrechar relaciones entre Plasencia y Chile.

Según la alcaldesa, Elia Mª Blanco, que acompañaba al Embajador, se trata de establecer lazos con los países y ciudades que tengan que ver con la historia de la ciudad. De esta manera esta mañana se han sentado las bases para el hermanamiento con Santiago de Chile y para futuros acuerdos de colaboración tanto culturales, como turísticos, académicos y económicos.

Por su parte, el Embajador, explicó a los alumnos, que la figura de Inés de Suárez es un hito nacional que representa los niveles de igualdad de género que Chile ha alcanzado en las últimas décadas, tanto es así que es una mujer, Michelle Bachelet, quien preside el país. Que actualmente, Chile se ha convertido en el país sudamericano de mayor crecimiento, cada vez más abierto a la igualdad social y con un prometedor futuro y que "en este marco las relaciones con España, Extremadura y Plasencia son muy importantes para nosotros". Invitó a los alumnos a que estudiaran mucho y les animó a esforzarse para superar las dificultades, como Inés de Suárez, en su época, nunca se dejó vencer por las mismas que, por su condición de mujer, eran mucho mayores entonces.

Presentación de un nuevo libro sobre Inés Suárez del autor placentino Jesús Vicente Cano :

El investigador Jesús Vicente Cano presenta el próximo día 18 de mayo, el libro titulado "Inés Suárez, una placentina en Chile". Tres años de trabajo ha durado la elaboración de esta obra que repasa la vida de Inés tras su llegada a Chile junto a Pedro de Valdivia.

La presentación fue realiza
da por el presidente de la Asociación Placentina Pedro de Trejo, D. Francisco de Jesús Valverde Luengo y presidida por la Concejala de Turismo del Excmo. Ayuntamiento de Plasencia, Dña. Raquel Puertas Hernández.

Nuestros alumnos, participaron en el acto de presentación leyendo una reseña de los personajes más significativos de esta obra.

El Excmo. Ayuntamiento de Plasencia, ha obsequiado a nuestro Colegio, un número de ejemplares suficientes para divulgar la figura de Inés Suárez entre todas las familias que conforman nuestra comunidad escolar (a las que se ha regalado un ejemplar gratuito de esta obra) y entre todos los Centros Educativos de nuestra ciudad (a los que, asimismo, se les ha hecho llegar un ejemplar gratuito para la biblioteca del Centro).

Hermanamiento con la Escuela “España nº 24” de Valparaíso (*) con la que ya se tuvo contactos en el año 1967 (texto e imágenes del álbum remitido por dicha Escuela a los profesores y alumnos de nuestro Colegio en octubre de 1968).
Escritos del Director General de Asuntos Consulares de Chile y del Ministerio de Asuntos Exteriores comunicando la remisión del álbum de fotos y una bandera de Chile, en nombre de esa escuela.

Elaboración de murales, carteles, etc.
Participación en aquellas que, desde el Excmo. Ayuntamiento u otras Instituciones o Asociaciones culturales, se organizaran y pudieran ser adecuadas para nuestros alumnos.
Elaboración de una revista informativa con la memoria de todas las actividades realizadas durante el curso.

(*) Mensaje de los profesores e imágenes del álbum.



Martes, 19 de septiembre de 2006
EDICIÓN IMPRESA
Cultura

Isabel Allende novela las aventuras de Inés Suárez, primera mujer que llegó a América
'Inés del alma mía' es el nuevo título de la autora chilena Presentó el libro en Plasencia, ciudad natal del personaje
YAIZA BAÑÚLS/



Isabel Allende durante la presentación de su nuevo libro ayer en Plasencia. [EDUARDO PALOMO / EFE]

EL LIBRO
Título: Inés del alma mía.
Autora: Isabel Allende.
Editorial: Plaza y Janés.
Páginas: 368.

MADRID. «He vivido cuarenta años en el Nuevo Mundo porque si me hubiese quedado en mi pueblo natal sería Inés la costurera, mientras que aquí soy doña Inés Suárez, conquistadora y fundadora del reino de Chile». Así se explica la protagonista de Inés del alma mía (Plaza y Janés), la nueva novela de Isabel Allende que presentó en Plasencia (Cáceres), ciudad natal de este aguerrido personaje y que tanto significó para la conquista de Chile.

El mundo femenino ha sido el centro de muchas de las novelas de la autora chilena, como Hija de la fortuna, Eva Luna o Paula, una de sus obras con mayor carga emotiva que dedicó a su hija cuando ésta se encontraba en coma. En esta ocasión la protagonista es una mujer de armas tomar. Allende recrea el papel crucial que desempeñó Inés Suárez en la conquista de Chile. La escritora no dudó en considerar a la Inés Suárez como «una señora con muchas agallas que desafió las convenciones de su tiempo».

Las proezas de Inés Suárez (Plasencia 1507-Chile 1580) son «excepcionales» dentro de una época «tan masculina como lo fue la conquista de América, llena de hierro, violencia, armas y masacres», aseguró la autora de una obra que va ya por la segunda edición.

Las novelas de Allende suelen tener como eje los hombres y mujeres que se salen de las normas y que desafían las convenciones de su tiempo. Sin duda la protagonista de su nueva obra tiene un lugar de excepción entre ese grupo de inconformistas. Y es que Inés Suárez dejó a un lado los convencionalismos y se embarcó hacia Chile con la esperanza de encontrar a su marido, un vividor que, como tantos otros en aquella época, cruzó el Atlántico con ansias de poder y riqueza.

Tras un viaje lleno de peligros, temores y situaciones dramáticas la heroína consiguió arribar a América y, tras descubrir que su marido había muerto, decidió que lejos de volver a España optaría por emprender su propia vida de aventuras en aquel continente. Su arrojo la llevó a conocer a Pedro de Valdivia, uno de los miembros de la hueste de Francisco de Pizarro con quien tomó parte activa en la conquista de Chile.

Hazañas ocultas

Aunque mencionadas en las crónicas de su época, sus hazañas quedaron ocultas con el paso de los años y fueron olvidadas por los historiadores. «La historia la escriben los hombres, los machos, los vencedores, generalmente los de raza blanca; la gente de color, las mujeres y los niños dejan de tener voz en los libros», dijo la escritora, quien añadió que «a Inés se le dio de lado por no ser la legítima de Pedro de Valdivia».

La autora de La casa de los espíritus refleja las atrocidades que se cometieron durante la conquista de su país natal. Recordó cómo los españoles -obsesionados con El Dorado- «no dudaban en violar a las indígenas, a las que obligaban a internarse en la espesura de las zonas boscosas». Tampoco dudaban en «masacrar pueblos enteros».

Declaró que se siente muy identificada con la protagonista de la novela, hasta el punto de que llegó a decir que el título se lo puso porque «me salió del alma mía». Aprovechando que la presentación de la novela se hizo en Extremadura reivindicó un monumento para su heroína. «Debería haber una estatua conmemorativa de Inés Suárez en Chile y otra en la plaza de Plasencia para que las dos ciudades se hermanen». COLPISA

© Copyright DIARIOVASCO.COM
DIGITAL VASCA, S.A. CIF A-20677878
Camino de Portuetxe, 2. 20018 San Sebastián












Labels: , , ,


Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?